Estos son los principales enemigos del ahorro
Cuando se tiene el ahorro como objetivo, conviene diseñar la mejor estrategia posible y ponerla en práctica cuanto antes con el objetivo de poder alcanzar las metas establecidas en los plazos fijados. Sin embargo, hay una serie de "enemigos del ahorro" que pueden dar al traste con el esfuerzo de años. A continuación, te contamos cuáles son los principales enemigos de tu ahorro:
Falta de una estrategia precisa
La estrategia en el ahorro es fundamental. Sin ella es muy complicado tener éxito y optimizar el ahorro, entre otras cosas porque resultará complicado saber cuánto hay que ahorrar cada mes o en qué productos conviene invertirlos según nuestro perfil de ahorrador. La estrategia, además, necesita ser revisada periódicamente, al menos un par de veces al año, para ver si se están consiguiendo los objetivos fijados o hay que tomar alguna medida correctora.
Carecer de objetivos alcanzables
El proceso de ahorrar requiere la fijación de unos objetivos claros y concretos. Además, también ayuda fijar metas e hitos clave, como las "metas volantes" presentes en el ciclismo, para poder saber si se van cumpliendo o no a lo largo del tiempo y evitar gastarse el dinero ahorrado en otras cosas. Por ejemplo, para un plan de ahorro de los estudios, se puede poner un hito cuando se consiga ahorrar la cantidad necesaria estimada para pagar cada anualidad.
Dejarse seducir por "productos milagro" de alto riesgo
Como en muchos otros aspectos campos de la vida, tampoco existen los atajos en el ahorro. El proceso de ahorrar conlleva un esfuerzo importante cada mes y se necesita esfuerzo, más que "productos milagro" que ofrecen alta rentabilidad pero a cambio de un alto riesgo. En el camino del ahorro, siempre hay que plantearse cuál es la mejor relación rentabilidad riesgo y huir de las soluciones demasiado buenas como para ser verdad.
No considerar imprevistos
Todo plan de ahorro necesita gestionar imprevistos. El plan puede quedar muy bonito sobre el papel, pero la realidad siempre es caprichosa y obliga a tener un plan B para dar respuesta a situaciones inesperadas. Por ejemplo, una avería importante en el coche con un alto coste o una bajada de ingresos por culpa de una larga baja por enfermedad. Estas situaciones se pueden cubrir mediante un seguro, o también con una línea de ahorro especial para atender necesidades especiales, por ejemplo, creando un fondo automático para imprevistos.
Ahorrar es un camino que se hace andando y requiere preparación y atención periódica para poder cumplir los objetivos marcados. No hay atajos; es necesario poner mucho esfuerzo y dedicación, así como atención a lo que más nos conviene para nuestro perfil de ahorrador en cada momento de nuestra vida, ajustando el riesgo y la rentabilidad a lo que mejor nos conviene.