La crisis de los tulipanes y otras burbujas económicas curiosas
Las burbujas han sido (y siguen siendo) un fenómeno recurrente en la historia económica. Desde que en el S.XVII se formase la burbuja de los tulipanes, muchas han sido las que se han formado desde entonces, hasta la reciente burbuja inmobiliaria en España que todos tenemos en el recuerdo.
Pese a que todas las burbujas tienen elementos comunes, como lo que el reciente premio Nobel de Economía Robert Shiller llamó la exuberancia irracional, lo cierto es que a lo largo de la historia se han producido burbujas de lo más variopintas aunque con patrones económicos comunes que más adelante se repetirían en futuras crisis.
La Tulipomanía, o cómo una flor acabó provocando una crisis
El tulipán, una flor originaria de Asia Central, acabó provocando una crisis a 10.000 kilómetros de distancia. En paralelo a la Guerra de los Treinta años (1618-1648), Holanda vivió una época de apertura comercial que le convirtió en uno de los países con mayor potencial económico del mundo. En este período de riqueza, los gobernantes encontraron en los tulipanes un nuevo objeto de deseo, lo que acabó convirtiendo a esta flor en un símbolo de riqueza.
A pesar de que se trataba de un mercado propio del verano, los comerciantes fueron capaces de crear algo similar a lo que hoy conocemos como mercado de futuros, uno de los muchos productos financieros que existen en la actualidad: los productores prometían entregar un bulbo de la época que floreciera y los compradores adquirirían un derecho de entrega, lo que acabó convirtiendo a esta mercancía en un objeto especulativo.
El mercado se abrió a los pequeños inversores, que poco a poco terminaron por disparar el precio del bulbo de tulipán, debido al interés que acabó provocando entre las clases populares. En muchas ocasiones, incluso, se vendía el producto antes incluso de tenerlo para venderlo obteniendo por ello una jugosa rentabilidad.
En 1637, tras un año de malas cosechas, comenzaron las tensiones. El mercado dejó de funcionar correctamente, se comenzó a desconfiar de las garantías que se aportaron para producir y las órdenes de venta se sucedieron, lo que terminó por pinchar la burbuja provocando la primera gran crisis de la historia debida a una burbuja.
Francia e Inglaterra, sendas burbujas consecuencia de la bancarrota
Normalmente, las burbujas se producen como consecuencia de una gran cantidad de dinero en la economía fruto de la especulación. Sin embargo, tanto en Francia como en Inglaterra, el desencadenante fue la bancarrota del país. Los gobiernos de ambos países recurrieron a sendas compañías, la Compagnie du Mississippi y la South Sea Company, respectivamente, que se ocuparían de sanear las cuentas públicas a cambio de concesiones comerciales en régimen de monopolio.
Parecía un negocio seguro, pero las operaciones comerciales no dieron los frutos esperados. Lejos de decir la verdad, tanto los políticos como los empresarios anunciaron a los cuatro vientos que las compañías iban viento en popa, lo que atrajo los capitales de muchos inversores en busca de una jugosa rentabilidad, hasta tal punto que las acciones de la South Sea Company pasó de las 120 libras que valían en enero hasta las 1.000 libras que llegaron a valer en agosto.
En 1721, el fraude quedó al descubierto: una inspección demostró que las operaciones comerciales eran inexistentes, lo que provocó una venta masiva de las acciones y, consecuentemente, su desplome. Entre ellos, el mismísimo Isaac Newton, quien perdió cerca de veinte mil libras de la época.
Las inversiones en la Revolución Industrial
En plena Revolución Industrial, parecía que cada descubrimiento o nueva innovación tecnológica iba a generar un negocio próspero. Así sucedió en 1840 con la compañía Railwaymania, cuando las primeras líneas ferroviarias se convirtieron en una compañía sólida. El furor provocó que surgieran muchas otras que a diferencia de las originales no tenían ni la solvencia ni las infraestructuras necesarias.
Cuando los inversores descubrieron que las empresas estaban construyendo castillos en el aire, retiraron sus inversiones del mercado de los ferrocarriles, provocando el desmoronamiento del sector y la ruina de quienes no estuvieron atentos a desinvertir a tiempo. Una burbuja que acabó pinchando, provocando de nuevo la quiebra de quienes tenían sus capitales invertidos en estas compañías.
Burbujas en la historia
Las anteriores son sólo algunos ejemplos de curiosas burbujas que se han dado a lo largo de la historia. Cada cierto tiempo se acaba produciendo una nueva burbuja que en caso de tener la suficiente virulencia, acaba provocando crisis económicas. En el futuro, por desgracia, y pese a todos los errores aprendidos las burbujas económicas seguirán provocando nuevas crisis.