¿Pagamos muchos impuestos en España? Estos son los números
Según el barómetro de política fiscal del CIS, casi siete de cada diez españoles piensa que paga muchos impuestos en España. No cabe duda que esta percepción se constata con la realidad: aproximadamente la mitad de la renta que obtienen los trabajadores, sean asalariados o autónomos, se la queda la Agencia Tributaria.
Si esto lo tuviésemos que plasmar un calendario, hasta el 29 de junio estaríamos trabajando para el estado y desde ese día hasta final de año estaríamos obteniendo rentas para disfrutar nosotros mismos. Y si lo extendiésemos a lo largo de toda nuestra vida laboral, los primeros 18 años estaríamos trabajando solo para cumplir con nuestras obligaciones fiscales.
Las cifras son, de algún modo, escandalosas. Pero, ¿qué ocurre en otros países? ¿Se pagan más o menos impuestos que en España?
Nuestra presión fiscal, de las más bajas de la UE
Los sistemas fiscales de los diferentes países que forman parte de la Unión Europea y de la OCDE son bastante diferentes. Figuras que existen en algunos países pueden no estar presentes en otros y, en cualquier caso, las bases imponibles sobre las que se aplican los tipos impositivos pueden ser diferentes en función de varios indicadores económicos, como la productividad, el PIB, el número de habitantes...
Por esta razón, para efectuar comparaciones entre países debemos utilizar otro indicador. Generalmente, este es el de la presión fiscal, definido como la recaudación impositiva obtenida por la Hacienda en relación al PIB de un país. Y atendiendo a este indicador, en nuestro país se pagan pocos impuestos si lo comparamos con otros países de nuestro entorno.
Así, en España, según Eurostat, la presión fiscal fue del 34,6% del PIB en 2015, una cifra significativamente inferior a la media de la Unión Europea, del 40%, y de la zona euro, del 41,4%, y muy por debajo de otros países con una presión fiscal bastante superior, tales como Francia (47,9%), Dinamarca (47,6%), Bélgica (47,5%), Alemania (43,5%) y Reino Unido (40%). También hay otros países por detrás España, como Irlanda (24,4%), Rumanía (28%) y Lituania (29,4%).
Pero, ¿podemos fiarnos solo de la presión fiscal?
A pesar de que muchas personas utilizan la presión fiscal para efectuar comparaciones entre países, lo cierto es que, según la mayoría de expertos, este indicador no representa fielmente la cantidad de impuestos pagados de manera efectiva por los contribuyentes, pues la recaudación fiscal no tiene por qué guardar relación con el nivel de impuestos pagados, hecho que se explica fundamentalmente por la incidencia de otros factores, como un aumento en la economía sumergida.
Por esta razón, parece necesario utilizar otros indicadores que muestren de manera más fiable el esfuerzo real realizado por los ciudadanos. Para ello, se utiliza el indicador conocido como esfuerzo fiscal, calculado como la presión fiscal entre el PIB per cápita (o el PIB dividido entre el número de habitantes del país, expresado en dólares estadounidenses), y que representa mejor cómo sufren los bolsillos de los ciudadanos como consecuencia de un aumento de los impuestos.
Utilizando este indicador, la situación se revierte. Teniendo en cuenta un PIB per cápita de España en 2016, el esfuerzo fiscal se situaría en 0,12, la tercera mayor presión fiscal de toda la UE, solo por detrás de Italia (0,121) y Portugal (0,17), y por detrás incluso de otros países con una presión fiscal mayor como Francia (0,11), Dinamarca (0,08), Bélgica (0,10), Alemania (0,08), Reino Unido (0,083) e, incluso, Suecia (0,072).
Por tanto, si atendemos al esfuerzo fiscal, España paga muchos más impuestos que sus países vecinos, confirmando la percepción negativa que muchos ciudadanos tienen con respecto a la cantidad de impuestos que tienen que soportar.