¿Es segura mi inversión? El semáforo de inversiones nos guía
¿Qué es un activo seguro? Aunque parezca que la respuesta es sencilla, no lo es. Aunque parece evidente pensar que un activo seguro debe garantizar el 100% de la inversión o, dicho de otro modo, que el capital inicial se mantenga sin pérdidas, las diferencias entre uno y otro producto o instrumento financiero son muy grandes. El semáforo de la inversión, que resume visualmente y con datos, a priori sencillos, las características de los determinados productos financieros, sirve de gran ayuda, pero debemos interpretar bien los datos y adecuarlos a lo que buscamos. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo, con un simple método que se basa en preguntar qué buscamos en la inversión y cómo podemos adaptarla a nuestro perfil.
Las preguntas que debemos hacernos a la hora de determinar nuestra inversión segura
Pregúntate a ti mismo. Esta frase del dramaturgo Friedrich Hebbel la podemos aplicar muy bien a la hora de elegir nuestras inversiones. ¿Qué quieres hacer con tu dinero? Las posibilidades de ahorro son enormes. Puedes querer tener un pequeño colchón para imprevistos que puedas recuperar en cualquier momento, ahorrar con un objetivo a medio plazo como un viaje, a través de productos como los seguros de ahorro, o pensar más en el largo, en tu jubilación, asumiendo o no mayores riesgos, en función de nuestro perfil y de nuestra aversión al riesgo.
Por todo ello, el punto fundamental es ser honrado contigo mismo y tener claro el objetivo. Por supuesto, todos queremos ganar más dinero, pero guardar dinero en una cuenta de ahorro para cualquier imprevisto suele ser incompatible con la alta remuneración. En este sentido, es importante priorizar y tener claro el objetivo para poder así relacionarlo con el riesgo del producto que aparece en el semáforo de inversión.
El semáforo de las inversiones como método para elegir el producto que mejor se adapta a tu perfil
Una vez completado este primer paso, ya podremos establecer la categoría adecuada que mejor se adapte a nuestro objetivo, en función de la información que proporciona el semáforo de las inversiones. Sabemos que del 1 al 4 son activos seguros, pero la gran diferencia entre ellos radica en el plazo en el que está disponible este dinero.
Si creemos que vamos a necesitar el dinero en el corto plazo, tendríamos que optar sólo por productos de la categoría 1. Si podemos esperar más del año, algo compatible a si tenemos un objetivo de ahorro como un viaje o una gran compra, podemos optar para un 2 y sólo optaremos por productos de la categoría 3 o 4 si tenemos un objetivo a más largo plazo (más de 3 o 5 años).
Pero no es el único punto a tener en cuenta. Podemos tener un producto de la categoría 1 en el que la disponibilidad del dinero tenga algún condicionante. Esta restricción se muestra con un candado, además de un texto que tenemos que leer cuidadosamente. Por ejemplo, si queremos tener el dinero totalmente disponible, en 24 horas y sin coste, un producto con algún candado no es candidato para depositar nuestros ahorros. Los candados suelen indicar que, aunque podamos solicitar recuperar nuestro dinero en cualquier momento, puede no ser tan inmediato, no en su totalidad o que nos cobren alguna comisión por ello, tal y como ocurre, por ejemplo, con algunos depósitos.
Por todo ello, el semáforo de riesgo de los productos de inversión es fundamental, pero como punto de partida, al que hay que estudiar y analizar para poder contratar aquellos productos que nos convengan.