¿Renta y Capital? ¿Por qué no ambos? Ventajas del rescate mixto
Llega nuestra edad de jubilación y, después de estar años ahorrando e invirtiendo en nuestros planes de pensiones, nos encontramos con una decisión difícil: ¿cómo cobrarlo? ¿Todo de golpe o en forma de renta? Hasta hace poco, la mayoría de los beneficiarios de un plan de pensiones lo hacían en forma de capital, ya que todo rendimiento generado con más de dos años disfrutaba de una reducción impositiva del 40% sobre sus ganancias. Desde entonces, allá por el año 2006 y a partir de este ejercicio, el 2015, también para las aportaciones realizadas antes de la fecha de anulación (dejando 2 años como periodo de transición) la fiscalidad ha empeorado, premiando el cobro en forma de renta.
No hay que olvidar que todo lo que se cobra por un plan de pensiones se considera como renta de trabajo, y al igual que sucede con cualquier otra renta, cuanto más ganemos, más impuestos tendremos que abonar a Hacienda. Por este motivo, si dividimos el cobro en años, el tipo impositivo es menor que si lo cobramos todo de golpe. Esto es así por la progresividad del sistema fiscal español, que hace que el cobro de 60.000 euros en un año tenga un tipo impositivo muy superior a si cobramos 6.000 euros en diez.
Fiscalmente está claro: lo más conveniente es cobrar los derechos consolidados de nuestro plan de pensiones en forma de renta. Sin embargo, en muchas ocasiones, existen circunstancias que harían conveniente el rescate en forma de capital. Entonces, ¿por qué no utilizar una mezcla de los dos? Porque sí, es posible rescatar nuestro plan de pensiones en renta y en capital o, dicho de otro modo, en forma mixta.
Un punto clave está en saber qué cantidad retiramos en este primer e importante desembolso en forma de capital. Antes de solicitarlo, es muy conveniente consultarlo con algún experto fiscal o hacer una simulación a través del programa de realización de la declaración de la renta para ver cuál es nuestro impacto fiscal. El uso del programa PADRE del año anterior, descargable a través de la web de la Agencia Tributaria, nos puede proporcionar resultados muy aproximados, ya que no suele haber cambios legislativos de un año a otro. En este ejercicio, sin embargo, por la entrada en vigor de la reforma fiscal, hay varias excepciones ya que, además de reducirse los tipos impositivos, también se reduce el número de tramos en el IRPF, que pasan de siete a cinco.
Pero, además, en el caso de haber constituido este producto antes de 2007, podemos elegir cobrar todas las aportaciones realizadas antes de esta fecha y así beneficiarnos de la bonificación permitida del 40%. En estas circunstancias, por lo tanto, solo tributaríamos por el 60% de los beneficios generados. No obstante, esta interesante ventaja tiene alguna restricción. Desde 2007, se perdió esta bonificación, pero la Ley todavía permitía que todo lo aportado antes de esa fecha pudiera ser rescatado de esta manera. La reforma fiscal de 2015 las elimina de forma retroactiva, con la salvedad de todas aquellas personas que se vayan a jubilar durante este año y el próximo.
Entonces, ¿por qué es interesante rescatarlo en forma mixta?
Sin perder de vista nunca que, en cualquier caso, tendremos que tributar por el rescate y cómo puede influir en lo que percibimos de forma neta, podemos organizar nuestro rescate de forma mixta para lograr un equilibrio entre nuestras necesidades más onerosas, que suelen concentrarse en estos primeros años, con el dinero necesario para garantizar nuestro bienestar el resto.
Gracias a ello, podemos tener acceso a muchos de nuestros deseos sin necesidad de recurrir a otras vías de financiación que son muy complicadas de conseguir cuando llega la edad de jubilación (hay limitaciones en productos como préstamos personales). Pero, además, se obtiene un capital que da una gran libertad al jubilado, de manera que pueda invertirlo en productos de gran seguridad como depósitos y seguros de ahorro, con total disponibilidad de su dinero en muchos casos.
Por todo ello, buscando que la fiscalidad no nos perjudique sobremanera, para lo cual podemos buscar asesoramiento fiscal, podemos disfrutar de la libertad y de las grandes posibilidades de tener un capital inicial que nos ayude a cumplir nuestros deseos o solventar cualquier imprevisto en la que debería ser una de las mejores etapas de nuestra vida.