Consejos para tratar a una persona mayor dependiente
Uno de los mayores miedos que tenemos las personas cuando nos vamos haciendo mayores es que llegue un día en el que no seamos capaces de valernos por nosotros mismos.
Aceptar la dependencia a otra persona y no reconocernos en un cuerpo y una mente es uno de los grandes dramas de la vejez. Por eso, en la mayoría de los casos, nuestros mayores tienden a forzar la máquina. Saben que el día en el que ellos mismos admiten que necesitan ayuda, marcará un antes y un después.
Lo cierto es que a todos nos tocará asumir en algún momento cierta dependencia por parte de nuestros padres. Aunque estén perfectamente capacitados para vivir solos y completamente sanos, con la edad y la llegada de la jubilación todos necesitarán ayuda para organizar la casa, hacer compras pesadas o moverse de un sitio a otro.
Sin embargo, es aún más importante saber cómo cuidar a una persona mayor dependiente cuando tienen dañadas las capacidades cognitivas y/o motoras.
¿Cómo cuidar a personas dependientes?
No existe una respuesta única para tratar a personas mayores con dependencia, igual que no todas las dependencias son iguales o en el mismo grado.
Sin embargo, sí hay un consejo común para todas las personas que van a atender a un mayor dependiente: tenéis que cuidaros y pedir ayuda cuando la situación os desborde a nivel físico o psicológico. Si no estáis al 100%, será difícil que podáis cuidar a vuestro familiar como os gustaría.
Como hay un abismo entre la dependencia de tipo motor y la dependencia por deterioro cognitivo, te vamos a contar cómo cuidar a una persona mayor dependiente en ambos casos.
¿Cómo cuidar de una persona mayor con movilidad reducida?
Hay que partir de la base de que cada persona es un mundo. Los mayores con dependencia móvil pueden tener además otro tipo de síndromes ligados también a trastornos cognitivos, como la demencia senil o el Alzheimer. Pero vamos a considerar aquí solo la pérdida de movilidad, para poder darte consejos más específicos sobre cómo tratar a personas mayores con ese grado de dependencia.
Motivar el ejercicio diario
Si la persona mayor tiene cierto grado de movilidad y autonomía para levantar brazos y piernas, podrá realizar suaves ejercicios de extensión y rotación de las extremidades. También dar paseos cortos, aunque necesite la ayuda de un andador o un bastón.
Si vas a cuidar a una persona mayor dependiente postrada en cama, lo ideal sería que un profesional de fisioterapia o rehabilitación pueda ir a realizar estos ejercicios o, al menos, darte unas pautas concretas según su diagnóstico.
Mover y levantar a la persona mayor dependiente
Es muy importante que la persona que vaya a mover al paciente con dependencia sepa cómo hacerlo. Si estamos cuidando de una persona mayor que requiere de nuestra ayuda para realizar cualquier desplazamiento, de la cama a la silla, al baño, a la ducha… tenemos que tener fortalecidas las zonas de carga.
Además, realizaremos los desplazamientos muy despacio y buscaremos una postura lo más cómoda posible, para no forzar ni la espalda ni el cuello.
Abre ligeramente tus pies para tener un buen punto de apoyo y flexiona un poco las rodillas, para evitar una sobrecarga en esa zona. Es importante que no levantemos a la persona mayor tirando de sus brazos, lo mejor es tratar de rodearle con tus brazos por su cintura.
Adecúa la casa a sus necesidades
Tenemos que preocuparnos por cómo cuidar de una persona mayor con movilidad reducida, pero también por cómo transformar su vivienda a las nuevas necesidades.
Compra una cama alta y adaptada, un sofá que se pueda elevar, un adaptador para el retrete, una silla para la ducha y unas barras o agarraderas de seguridad para esos puntos del baño. Todos estos cambios te facilitarán el trabajo y evitarán que tengas que tirar demasiado de tus lumbares. Además, si la persona mayor no tiene un grado de dependencia total, todos estos atajos también le facilitarán la vida a él o ella y le harán sentir más seguros y autónomos en su casa.
No descuidar su higiene
Aunque la persona no se esté moviendo y aparentemente no haya producido sudor o su aspecto parezca limpio, no podemos descuidar su higiene.
Si la persona mayor con dependencia a la que estamos cuidando no puede llevar a cabo su propia higiene personal, nos tendremos que encargar de esta rutina. La falta de movilidad puede causar heridas y llagas en algunas zonas de la piel, por eso la eliminación de la piel muerta y la limpieza serán especialmente necesarias en estos casos.
Mantenerse ocupado y sentirse útil
Tenemos que intentar que nuestro familiar con dependencia tenga algo más en la cabeza que sus limitaciones. Para eso lo mejor es que se sienta útil reforzando aquellas actividades que pueda hacer, según su grado de movilidad.
Desde pequeñas tareas domésticas, a llevar una vida social activa o mantener algunos hobbies.
Recuerda que si no sabes cómo cuidar a una persona mayor con dependencia de movilidad, no tienes por qué hacerlo solo o sola. Hay muchos avances en el terreno del mobiliario que te ayudarán con los desplazamientos y la movilidad. Además de la ayuda de profesionales que te podrán acompañar y asesorar en el día a día.
¿Cómo cuidar de una persona con dependencia senil?
En este sentido también podemos encontrarnos con personas mayores que empezaron con un trastorno cognitivo, pero que sufren problemas de movilidad. Como ya hemos visto en el apartado anterior “cómo tratar y mover a personas mayores con movilidad reducida”, vamos a centrarnos ahora en cómo cuidar a personas mayores con dependencia senil.
Mantener una vida social activa
Lo mejor para una persona que tiene trastornos cognitivos es una vida social activa. Les ayuda mucho recordar “batallitas” de su infancia, hablar con personas que han estado en otras épocas de su vida, relacionarse con sus seres queridos y sus amigos serán la mejor terapia.
Controlar sus medicamentos y su casa
Cuando empezamos a cuidar a una persona mayor dependiente lo primero que tenemos que asumir es eso: que pasa a depender de nosotros.
Es difícil pero tenemos que entender que esa persona que nosotros conocíamos ya no tiene las facultades que solía tener. Así que no podemos dar por hecho que va a recordar qué pastillas toma, ni si las ha tomado, y esto mismo trasladarlo al resto de aspectos.
Hay que tener cuidado con el manejo que hace del dinero. Si solía conducir, quitarle las llaves del coche. Y, en general, revisar qué cosas hay en su casa que puedan convertirse en algo peligroso.
Acompañarle por la calle
Y, si su casa puede ser un peligro, ¿cómo no lo va a ser la calle? Cuando estés cuidando a tu familiar con dependencia y quieras hacer las cosas de casa, piensa que proponerle que se marche a la calle a dar un paseo puede no ser la mejor opción.
Claro que tiene que salir a pasear y, de hecho, es una excelente terapia para ayudarle a reconocer su calle, sus comercios habituales o a sus vecinos de toda la vida, pero tendrás que acompañarle o, al menos, seguirle de cerca.
Un extra de actividad mental
Cuando hay algo en nosotros que no funciona bien, siempre tenemos que trabajar más esa zona para fortalecerla. En el caso de los cuidados de una persona con movilidad reducida hemos hecho hincapié en la importancia del ejercicio diario. En el caso de una persona con dependencia por un trastorno cognitivo tendremos que reforzar toda la parte mental.
Realizar ejercicios que fomenten la creatividad y la memoria o actividades que impliquen una coordinación entre las manos y los ojos son un gran aliciente para estos pacientes.
Alejar la frustración
Lo más importante para cuidar a una persona mayor dependiente con trastornos cognitivos es alejarle del problema. Tendrás que escuchar varias veces la misma historia y contestar a la misma pregunta, pero no hace falta que utilices términos como: “esto ya me lo has preguntado”, “te lo he dicho tres veces”, etc.
Evitar que se frustren y que se sientan una carga es el mejor consejo que te podemos dar para cuidar a una persona mayor dependiente.