¿Me interesa aumentar la base de cotización si soy autónomo?
Los trabajadores en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) deben elegir una base de cotización sobre la que pagarán la cuota de la Seguridad Social que les corresponde por su actividad. La base de cotización es una estimación del sueldo teórico que el autónomo estima que va a tener y su cuantía es la que determina las prestaciones que el autónomo podrá recibir en caso de desempleo, baja por accidente, por enfermedad y cuando llegue el momento de su jubilación.
Es precisamente esta última prestación, la de jubilación, la que más suele preocupar a los autónomos, dado que es la que definirá sus ingresos cuando cesen su actividad profesional. Los trabajadores menores de 47 años a 1 de julio de 2017, pueden elegir su base de cotización dentro del rango de mínima y máxima fijado por la Seguridad Social. Una vez alcanzada esa edad, existen restricciones que limitan la elección de la base de cotización y, por tanto, de la pensión a la que se puede optar, por eso es muy importante planificar la pensión de jubilación.
¿Cómo afecta la elección de la base de cotización a la prestación de jubilación? ¿Cuál debo elegir para poder conseguir la prestación máxima en el momento de la jubilación?
Conviene saber que lo primero que ha de tenerse en cuenta es que la base de cotización de un período, actualmente 25 años, determina la cuantía de la prestación.
Pagar la cuota de autónomo sobre la base máxima
Los trabajadores autónomos que tienen mayor preocupación por la prestación en el momento de la jubilación y tienen menores necesidades de liquidez a corto plazo, pueden optar por tributar en función de la base máxima de cotización, fijada en 2017 en 3571,20 euros. De esta manera, un trabajador que pague sobre la base máxima durante su vida laboral, podrá optar al cobro de la prestación máxima de jubilación.
Pagar sobre la base máxima implica una cuota a la Seguridad Social de entre 946 y 1.185,38 euros cada mes, en función de si se incluyen o no las prestaciones por cese de actividad, por riesgo durante el embarazo y lactancia y las coberturas por incapacidad temporal. De esta manera, un trabajador autónomo que pague la cuota sobre la base máxima desde los 40 años y que se jubile en el año 2045, tendrá derecho a una pensión de aproximadamente 2.500 euros al mes.
Teniendo en cuenta que la cuota mínima a pagar es de casi 274 euros al mes a día de hoy, ¿le compensa pagar el exceso sobre la cuota de la Seguridad Social para obtener una pensión máxima de jubilación o debe buscar otra opción para contar con ingresos en el momento de la jubilación?
Pagar la cuota de autónomo sobre la base mínima
La base mínima de cotización para julio de 2017 fijada por la Seguridad Social es de 919,80 euros/mes. El perfil de trabajador autónomo que paga la base mínima es la de aquel que cuenta con un bajo nivel de ingresos o que necesita liquidez a corto plazo, anteponiendo esta necesidad inmediata de fondos a la opción de recibir una prestación en el momento de la jubilación.
Por ejemplo, un trabajador de 38 años que pague sobre la base mínima y que se jubile en 2045, podrá optar a cobrar una prestación en torno a los 760 euros en el momento de su jubilación. Teniendo en cuenta que para aquel entonces el valor del dinero habrá caído y que esa será su principal fuente de ingresos, ¿le compensa al trabajador pagar sobre la base mínima su cotización a la Seguridad Social?
Los planes de pensiones como complemento para el autónomo
Es importante trabajar buscando el equilibrio entre el corto y el largo plazo, teniendo en cuenta las necesidades de ingresos actuales y la jubilación. Como se ha visto en los ejemplos anteriores, antes de cumplir los 47 años las personas que trabajan en el régimen de autónomos pueden optar por pagar su cuota a la Seguridad Social sobre una base entre la mínima y la máxima. A partir de esa edad es cuando se restringe la elección de la base y, por tanto, cuando cobra mayor importancia la planificación de la jubilación.
Una alternativa que existe para complementar la pensión de jubilación son los planes de pensiones, productos financieros que ayudan a mejorar los ingresos en el momento de la jubilación, aunque, en este caso, la rentabilidad no está asegurada. La mayor ventaja de los planes de pensiones es que se pueden contratar cuando se considere oportuno y se puede aportar la cantidad que se desee y cuando convenga, al ser su gestión independiente del pago de la cuota de la Seguridad Social.
Si el trabajador del ejemplo (38 años y jubilación a los 68) decide pagar la base mínima para invertir una cantidad equivalente del importe hasta la base máxima en un plan de pensiones, digamos unos 750 euros aproximadamente), podría acumular en el momento de su jubilación un ahorro de alrededor de 500.000 euros con un plan de pensiones de riesgo moderado con la rentabilidad sin asegurar (dato obtenido de una simulación con una herramienta de mercado).
Si su esperanza de vida fuera de 12 años, hasta los 80, este ahorro equivaldría a cobrar aproximadamente 3.472 euros al mes con fondos originados por el plan de pensiones. Además, se cobraría la pensión de jubilación correspondiente, en torno a 645 euros/mes. En total, serían sobre 4.500 euros/mes, mejorando la situación estimada a día de hoy de cobro únicamente de la prestación de jubilación, pero teniendo en cuenta que los fondos del plan de pensiones son limitados (estimación de vida hasta los 80 años) y la prestación de jubilación se cobra de manera indefinida.