¿Es necesario quitar cualificaciones del currículum?
En la actualidad, la velocidad a la que se pilla a un mentiroso se ha incrementado de manera proporcional a la que corren nuestros datos por todo Internet. La actual situación del mercado laboral, con una tasa de desempleo que supera el 20%, lleva a muchos, tanto si buscan su primer empleo como si tienen sobrada experiencia, a mentir en su currículum. Si antes lo normal era maquillar nuestra historia elevando nuestra categoría, lo que ahora prima es crear un currículum paralelo en el que rebajamos nuestros conocimientos.
La idea de crear un currículum B, en el que ocultamos información para acceder a un puesto de trabajo por debajo de nuestra calificación, es poco recomendable. La explicación es la frustración que puede causar en ambas partes, por un lado en la empresa y por otra en el propio trabajador.
Frustración en la empresa y en el trabajador
Las empresas buscan el mejor candidato para cada puesto, es decir, el perfil que más se adecúe a lo que están buscando. Saben que escoger a alguien sobrecualificado para el mismo puesto puede crear una situación de incertidumbre, ya que en cuanto el trabajador encuentre otro empleo afín a su preparación, se marchará de la empresa. Sin embargo, si engañamos y nos pillan, la relación quedará totalmente rota. Con una simple búsqueda en Internet, la empresa descubrirá mucho de nuestra historia laboral.
Pero nosotros, como trabajadores, también nos podemos sentir frustrados al acceder a un puesto de trabajo para el que estamos sobrecualificados. Realizar un trabajo de menor responsabilidad al que estamos acostumbrados o con funciones por debajo de nuestras posibilidades y formación, puede llevarnos a sentirnos desmotivados. Incluso a sentir que estamos infravalorados. Todo ello repercutirá de manera negativa en nuestra productividad e incluso en nuestra autoestima y nuestra propia felicidad y de la de quienes nos rodean.
La alternativa al currículum B
Lo ideal es adaptar nuestro currículum a cada oferta, destacando la experiencia que poseamos y que demanda el puesto para el que optemos en cada caso. Por ahí es por donde debemos atacar para tener una alternativa al CV B. No se trata de mentir, ni de disfrazar, sino de hacer énfasis en lo que reclama la empresa. Enfócate en aquello que será apreciado por el reclutador y aprovecha la experiencia que pueda ser útil para el puesto. Por ejemplo, si eres licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas, pero buscas empleo en una tienda de ropa, destaca la orientación a la venta y al trato con los clientes que has aprendido gracias a tu carrera. Si consideras que la experiencia previa que puedes tener trabajando es más importante que los estudios que tengas para ese puesto en concreto destácala primero en tu currículum.
La carta de presentación también te puede ayudar. Puedes utilizarla para explicar los motivos por los que optas a un puesto de trabajo para el que estás sobrecualificado. Destaca en ella los aspectos personales que puedan ser interesantes para la empresa más allá de la necesidad económica. Dale siempre un tono positivo, valorando lo que te ofrece el puesto y las posibilidades de trabajar en esa empresa.
No hay que quitarse méritos ni ocultar logros, hay que ser capaz de adaptarlos a las necesidades de la empresa y ser sinceros con ella y con nosotros mismos. Saldremos ganando ambos.