¿Cuáles son los requisitos para una pensión no contributiva?

Una pensión no contributiva es una prestación económica que se concede a las personas que no han cotizado lo suficiente a la Seguridad Social, o que no han cotizado nunca, y que se encuentran en situación de necesidad. Se trata de una ayuda social que tiene como objetivo garantizar un mínimo de recursos a las personas más vulnerables. Si quieres saber más sobre las pensiones contributivas y no contributivas, y cómo se diferencian, te recomendamos que leas nuestro otro post sobre este tema. Diferencia entre Pensión Contributiva y No contributiva.

 

¿Quién tiene derecho a percibir una pensión no contributiva?

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Las pensiones no contributivas de invalidez o jubilación son prestaciones económicas que quedan reconocidas a aquellos ciudadanos que no dispongan de los recursos de subsistencia que se consideran necesarios en los términos legalmente establecidos, aunque no hayan cotizado para ello.

 

En esta entrada, explicaremos cuáles son los requisitos para acceder a ellas.

Requisitos para cobrar la pensión no contributiva

Para cobrar la pensión contributiva se exige:

  • Tener más de 65 años.
  • No tener derecho a una pensión de jubilación contributiva
  • Carecer de rentas suficientes.
  • Residir legalmente en España en la actualidad y durante los dos años anteriores a la solicitud.
  • Haber residido en España durante 10 años desde la edad de 16 años hasta la fecha de la solicitud.

La pensión no contributiva de jubilación o jubilación no contributiva es incompatible con la pensión no contributiva de invalidez, con las pensiones asistenciales y con los subsidios de garantía de ingresos mínimos y por ayuda de tercera persona, así como con la condición de causante de la asignación familiar por hijo a cargo mayor de 18 años y con discapacidad igual o superior al 65%.

 

¿La pensión no contributiva es para siempre?

La pensión no contributiva es una prestación vitalicia, siempre y cuando se sigan cumpliendo los requisitos. Esta pensión se cobra hasta la fecha de fallecimiento del demandante; sin embargo, está sujeta a revisiones periódicas por parte de la Administración. Estas revisiones pueden afectar tanto al grado de invalidez como a los recursos económicos del beneficiario. En función de los resultados de estas revisiones, la pensión puede mantenerse, modificarse o extinguirse.

 

Motivos para perder la pensión no contributiva

Una de las condiciones para poder cobrar la paga no contributiva es no contar con ingresos mayores al límite máximo anual establecido. Por ello, los pensionistas deben presentar al órgano competente de la gestión una declaración de ingresos o rentas computables de la unidad económica de convivencia en el primer trimestre. Si no se presenta, se suspenderá el pago de la pensión hasta que se introduzca y se acredite que se cumplen los requisitos.

También se debe informar de otras variaciones como: su estado civil, cambio de residencia, recursos económicos propios y/o familiares (por ejemplo, si accede a un puesto de trabajo) y cualquier otra que pueda impactar en el cambio de sus condiciones de vida. En caso contrario, puede ser motivo de suspensión de la pensión.

Hay otros casos en los que el órgano gestor inicia una revisión de oficio como medida de control. En caso de descubrir un cambio no comunicado que puede dar lugar a la modificación de la cuantía de la pensión, a su suspensión o a su extinción, teniendo derecho también a reclamar el abono de atrasos o la reclamación de las cantidades indebidamente percibidas.

Y por último, si un pensionista tiene unos ingresos que superan el límite permitido para cobrar la pensión no contributiva, puede perderla. Este límite depende de cuántas personas conviven con el pensionista y qué parentesco tienen con él o ella. Para el año 2024, el límite puede ir desde los 11.533,72 euros hasta los 52.580,20 euros al año, según el caso.