¿Seguro de vida ahorro o planes de pensiones?
Una de las decisiones que algunas personas se plantean cuando piensan en su futuro es si deben contratar un seguro de vida o si es mejor contratar un plan de pensiones. Estos productos pueden servir para fines similares en determinadas circunstancias, pero sus características hacen que sean productos muy diferentes y, por tanto, la elección entre uno y otro depende de nuestras necesidades particulares.
Seguro de vida VS Plan de pensiones
El seguro de vida es un producto que sirve para cubrir el riesgo de fallecimiento. A cambio del pago de la prima, el asegurado recibe el derecho a que se compense a los beneficiarios en caso de que fallezca. Además de la cobertura de fallecimiento, el seguro de vida suele incluir alguna cobertura adicional como la del riesgo de padecer una enfermedad grave que dificulte la obtención de ingresos a la persona asegurada. Los beneficiarios del seguro reciben un capital en caso de que la persona asegurada fallezca que les debería servir para cubrir los gastos de educación, manutención o vivienda, entre muchos otros.
El seguro de vida requiere el pago de una prima, que dependiendo de lo estipulado en contrato (riesgos cubiertos, compensaciones, etc.) tendrá una cuantía mayor o menor. Si se deja de pagar la prima y se cancela el seguro, se pierden todos los derechos y, por tanto, los importes pagados ya no se podrán recuperar. Esta es la principal diferencia entre un seguro de vida y un plan de pensiones.
Un plan de pensiones es un producto de ahorro, que puede servir para que el titular disponga de un capital a partir del momento de su jubilación. Al tratarse de un producto diferente al seguro de vida, no cubre ningún riesgo, sino que ayuda a disponer de fondos cuando un profesional se retira, en el momento de su jubilación, o en caso de necesidad anticipada, por enfermedad grave, desahucio o desempleo y por fallecimiento, invalidez o dependencia severa del titular.
Por tanto, el importe que se vaya a recuperar de un plan de pensiones irá en concordancia con las aportaciones realizadas por el titular a lo largo de toda su vida laboral y de los intereses que estas hayan ido generando, concepto que se conoce como los derechos consolidados. Es decir, para poder conseguir un volumen de capital equivalente al que se podría contratar con un seguro de vida, deberá pasar un tiempo considerable de tiempo.
Entonces, ¿contrato un seguro de vida o un plan de pensiones?
Como se ha visto, el seguro de vida es un producto que permite obtener una compensación de forma inmediata tras la firma del contrato de seguro y el pago de la prima (teniendo en cuenta los posibles períodos de carencia que pudieran aplicarse según contrato), mientras que el plan de pensiones requiere el paso del tiempo para que el volumen de ahorro sea equivalente.
Si se piensa en el corto y medio plazo, el seguro de vida es el producto más acertado para cubrir el riesgo de que los ingresos del hogar se vean mermados por la ausencia de uno de los cabezas de familia. El plan de pensiones podría no ser suficiente para garantizar los gastos más habituales a la familia.
En el largo plazo, el plan de pensiones cobra ventaja frente al seguro de vida porque el volumen ahorrado empieza a ser considerable y porque el importe de la prima del seguro de vida puede ser ya demasiado elevada como para que merezca la pena frente a la opción del ahorro.
Así que una buena opción puede ser la de contratar los dos productos, un seguro de vida, para cubrir el corto plazo, y un plan de pensiones, pensando en el largo plazo. De este modo, se pueden cubrir todos los casos y aportar una solución global, sabiendo que hay una solución pase lo que pase.