Controla tus finanzas con transferencias automáticas

​Hay personas que acostumbran a mover dinero entre cuentas periódicamente. Por ejemplo, para pagar el importe de la renta mensual por el alquiler de una vivienda, para pagarle la nómina a una persona empleada del hogar o para que otra cuenta a su nombre tenga fondos y que se puedan cargar en ella recibos de servicios (gimnasio, colegios, teléfono, electricidad, agua, etc.).

Esta tarea suele concentrarse en un momento determinado del mes, por lo que si se realizan las transferencias de forma manual, hay que prestar atención para que el dinero esté a tiempo en la cuenta de destino. La otra opción es hacerlo a través de transferencias automáticas, que son órdenes de movimiento de efectivo entre dos cuentas configurables para repetirse de forma periódica a lo largo del tiempo, hasta una fecha tope.

Con las transferencias automáticas, cada cierto tiempo y con la misma cuenta de origen y de destino, se envía una cantidad fija de dinero de una cuenta a otra, ahorrando la tramitación cada período al titular, responsable de enviar los fondos, y ayudando a asegurar que el dinero llega al destino en plazo y forma. Estas son precisamente las dos mayores ventajas de las transferencias periódicas.

Por ejemplo, un cliente que paga cada mes 1.000 euros por el alquiler su vivienda, 850 euros a una persona que se encarga de las tareas del hogar y 700 euros para la manutención de un hijo que estudia fuera de casa. En lugar de tener que hacer tres transferencias puntuales cada mes, puede ordenar tres transferencias periódicas, de tal manera que el sistema del banco, cuando se cumplan la fecha marcada para el lanzamiento de la transferencia, enviará el dinero a la cuenta de destino.

Además, si las transferencias automáticas se usan para enviar dinero a una cuenta en la haya recibos domiciliados, se pueden controlar nuestras finanzas personales evitando gastos de descubiertos en cuenta por no disponer de fondos, si resulta que la transferencia llega más tarde que el recibo. Si tiene una cantidad fija que mensualmente se le carga en la cuenta de recibos, puede ordenar una transferencia automática para enviar dinero suficiente para atenderlos cada mes.

Las transferencias automáticas ofrecen más ventajas para los clientes, como es la tranquilidad de tener las cuentas bajo control. Por ejemplo, cuando se está de viaje y no se dispone de un ordenador o una red wifi que sean de confianza y se necesita hacer una transferencia, si se utiliza una transferencia automática se evita el riesgo de tener que ordenarla desde algún sistema no seguro, como puede ocurrir en el caso de un ordenador público de un hotel u otro servicio público.

Conclusiones

Las transferencias automáticas son una herramienta para que los clientes de las entidades financieras puedan hacer sus gestiones de pagos periódicos con un menor esfuerzo. Basta configurar una vez el pago y la periodicidad de las repeticiones, para dejar que el sistema se encargue de pagar por nosotros.