Estos son los seguros que necesitarás según tu edad

​Pensar en un seguro de vida con 20 años no suele ser lo habitual, del mismo modo que con 70 años muchas personas ya no piensan en asegurar su móvil u otros aparatos tecnológicos. Porque cada edad lleva aparejadas una serie de costumbres y también de necesidades, entre las que están los seguros.

Los diferentes momentos vitales por los que pasamos no están exentos de riesgos, lo que conlleva que debamos tener cubiertos todos los frentes posibles ante cualquier tipo de accidente o problema. Por ello, y sobre todo porque es importante concienciar a los más jóvenes de que ellos también necesitan estar asegurados y que hacerlo no es ninguna trivialidad, vamos a repasar qué seguros nos conviene contratar a diferentes edades para ponernos manos a la obra antes de que sea tarde.

 

A los 20: asegura tus posesiones más queridas

Como decíamos al inicio, a los 20 años no se suele pensar en contratar un seguro de vida. Es más, son los padres los que suelen hacerlo por los hijos, ya que son conscientes de la importancia que tienen aunque sus hijos todavía no lo sepan. 

Per, además de un seguro de vida, que siempre es necesario, a los 20 años los seguros más necesarios son los de coche o moto. Porque es la edad en la que empezamos a conducir y suele ser el primer contacto que tenemos con la industria aseguradora. Si bien suele ser una ‘primera vez’ con el seguro que no resulta muy satisfactoria, ya que al ser tan jóvenes e inexpertos, los seguros de coche o moto suelen tener unas cuotas elevadas.

Pero esto no debe hacer que los jóvenes escatimen en la cobertura de su seguro, ya que se pueden arrepentir más tarde. Cuanto más cubierto esté el vehículo o moto, mejor tanto para nosotros como para el resto de conductores o peatones. Por ejemplo, el seguro de Nationale-Nederlanden en colaboración con Grupo Mutua ofrece, además de la cobertura por siniestros y servicio de mantenimiento o reparación, la recuperación de puntos en el permiso de conducir en caso de perderlos o la interposición de recursos por multas.

Para los jóvenes, son también habituales los seguros de salud o los dentales, si bien los seguros de móviles son los que más adeptos tienen, ya que el smartphone está entre sus bienes más preciados y siempre es bueno tenerlo cubierto frente a golpes, caídas, pérdida o robo.

 

A los 30: empezando a pensar en familia

Con el paso a los 30, el cambio suele ser bastante drástico. Muchos pasan de la soltería a vivir en pareja y a formar una familia, lo que obliga a pensar a lo grande y en conjunto. Por eso, los seguros necesarios no solo nos implican a nosotros, sino también a toda nuestra familia. Es el caso de los de salud, que son algunos de los más demandados en esta época vital, ya que con niños pequeños las visitas al médico se vuelven más habituales.

Del mismo modo, a esta edad se suele adquirir por primera vez una vivienda, una operación que requiere sí o sí un completo seguro del hogar que nos proteja ante accidentes, desastres naturales o robos. En este caso, hay que pensar en múltiples situaciones que pueden poner en riesgo nuestra casa y lo que contiene, por lo que conviene contratar un seguro lo más completo posible para que no haya que lamentarse a posteriori. Por ejemplo, el seguro de Nationale-Nederlanden Hogar Seguro incluye conceptos como el pago del alquiler, asegurando así aspectos que van más allá del daño material.

 

A los 40: ¿pensando en la jubilación?

Cuando entramos en los 40 y tenemos aseguradas nuestras principales posesiones (casa y coche, habitualmente), comenzamos a pensar en otra serie de cosas que años antes no se nos hubieran ocurrido. Se trata de los seguros de vida y pensiones. El de vida ya deberíamos tenerlo prácticamente desde que nacemos, pues es imprescindible a cualquier edad.

Hasta ahora, los planes de pensiones no han tenido mucha aceptación en España, ya que siempre se ha confiado en el sistema público de pensiones para asegurar la jubilación. Pero la crisis ha cambiado de golpe muchos aspectos que creíamos intocables, y entre ellos están las pensiones, ya que en los últimos años la ‘hucha’ con la que se pagan se ha quedado prácticamente vacía.

Esto ha puesto en riesgo las pensiones públicas para el futuro, lo que ha hecho que muchos empiecen a tomar en cuenta la importancia de cubrirse con un plan de pensiones privado. En este caso, cuanto antes se abra, mejor, ya que así se habrá ahorrado más de cara a la jubilación. Además, también es importante contratar un plan flexible que se adapte a nuestras características y tipo de vida, como el Sistema Duplo de NN, que permite elegir o combinar dos planes diferentes sin ningún tipo de coste.

 

A los 50: piensa en qué te falta

Por último, aunque a los 50 años deberíamos tener ya todos los frentes cubiertos, muchas personas no se han hecho un seguro que a partir de ahora puede ser vital para ellas: el de salud. A partir de los 50 comienzan a aumentar las revisiones y a aparecer problemas de salud que merecen ser tratados correctamente para garantizar una calidad de vida en la jubilación.

Por ello, un seguro de salud puede complementar la Seguridad Social, donde desgraciadamente las listas de espera son cada vez más largas, y permitir que te hagas chequeos más completos o tratar con urgencia algún problema de salud que en el médico de cabecera no puedes.​​