Los seguros también cambian, ¿cómo pueden ser los del futuro?
Vivimos una época en la que la tecnología es la protagonista y la previsión es que lo siga siendo cada vez más. Internet y los dispositivos electrónicos lo han cambiado todo, como en su día ocurriera con la imprenta o la máquina de vapor que generó la gran Revolución Industrial.
Los seguros se han ido adaptando a lo largo de la historia a los cambios en la forma de vivir y en las costumbres de las personas. De la misma manera, en estos tiempos tecnológicos han ido evolucionando y se espera que lo sigan haciendo a medida que la transformación producida por la tecnología afecte a las costumbres de las personas. A continuación, dejamos volar nuestra imaginación y te contamos tres casos de cómo pueden ser los seguros del futuro.
El seguro del automóvil y el coche autónomo
Si hacemos caso a las noticias que los medios publican, desde hace unos años, sobre diferentes empresas tecnológicas que están tratando de transformar radicalmente el sector de la automoción para ver cuál es capaz de lanzar el primer coche capaz de circular sin conductor, la lógica indica que los seguros deberán adaptarse a la nueva situación en la que se elimina buena parte del factor humano en la conducción, lo que debería cambiar radicalmente el panorama de siniestralidad actual.
¿Cómo afectará la llegada del coche autónomo a los seguros de coche? Aún no se sabe, pero se puede intuir que llevará a una bajada del coste del seguro, dado que el coche autónomo tiene como principal objetivo ayudar al ser humano y esto significa que estará programado para llegar a su destino de forma segura, para lo que llevará diferentes dispositivos dedicados a proteger la integridad del vehículo y sus ocupantes.
Otro punto interesante es la desaparición del rol de conductor, pasando a ser todos las personas ocupantes del vehículo. El coche autónomo es conducido por un ordenador que es quien calcula la ruta a seguir y toma las decisiones de avanzar, girar, etc. Por tanto, el seguro deberá replantearse para aquellos siniestros en los que las personas tengan un rol pasivo en la conducción y que es de esperar que no tengan responsabilidad directa en caso de accidente.
Por último, el coche autónomo puede llevar a un cambio de paradigma en el sector de automoción relacionado con la propiedad de los vehículos. Si hoy estamos acostumbrados a comprar un coche para nuestro uso diario, es posible que el coche autónomo favorezca la llegada de un nuevo modelo más relacionado con el alquiler, con un servicio. Si esto sucede, será la compañía que ofrezca tal servicio la encargada de contratar los seguros y no la persona que lo disfruta. Eso sí, es que la ley se mantiene y lo sigue exigiendo.
El seguro de salud y los dispositivos wearables
Los dispositivos wearables son una de las últimas novedades tecnológicas que han explotado en el mercado y que hoy son algo muy común. El caso más llamativo es el de los relojes inteligentes, que ya se cuentan por millones en las muñecas de los usuarios. También está la ropa inteligente, que no llega al nivel de madurez de los relojes pero que parece que pronto estará en el mercado con distintos fines.
Uno de los fines de los weareables es el del control de la salud. A través de aplicaciones que monitorizan el pulso cardíaco y otras variables, estos dispositivos pueden ayudar a prevenir las causas de enfermedades como la epilepsia, proyecto en el que la empresa Carriots está trabajando.
Siguiendo el mismo razonamiento que con el seguro del coche, si hay menos accidentes y enfermedades porque los dispositivos wearables mejoran la prevención y permiten tomar medidas antes de que las personas caigan enfermas o sufran las consecuencias de problemas de salud que se pueden evitar, los seguros de salud deberían pasar a ser más baratos porque se tramitarían menos siniestros.
Además, los seguros de salud podrían ofrecer un servicio de alarma a los asegurados, de manera que ante un problema de salud grave un sistema (por ejemplo, una app en un reloj inteligente) avise automáticamente a las personas indicadas, generando además una llamada a los servicios de urgencias.
El seguro del hogar y el Internet de las cosas
En los hogares, se dispone de cada vez más dispositivos conectados a Internet y que hacen la vida más fácil a las personas. Ahora también se conectan a la red objetos, en lo que se llama Internet de las Cosas, que es otro de los focos que se espera que transformen nuestra sociedad.
Estos objetos conectados, además, pueden facilitar la vida a los propietarios y a los inquilinos de una vivienda que cuente con un seguro del hogar. Así, nuevos sensores instalados en las viviendas podrían servir como sistemas de bajo coste para la detección temprana de incendios, inundaciones y otros problemas graves que generan siniestros, incluso aunque los ocupantes de la vivienda no estén en el hogar.
En definitiva, los cambios tecnológicos tendrán cada vez más repercusión en el mundo de los seguros. Si se mejora la prevención, se podrán evitar los daños propios y los que se propagan a terceros, teniendo como consecuencia posible el abaratamiento de los seguros.