Existen muchas formas de enseñar economía y, en realidad, cualquiera es válida. No obstante, no todas son igual de divertidas y muchas pueden llegar a ser, incluso, bastante tediosas. En un tema tan complejo como es el económico, resulta complicado no caer en tecnicismos y conceptos difíciles de entender por el común de los mortales.
Puedes invertir tus pequeños ahorros como lo haría cualquier gran fortuna. De hecho, puedes invertir con las grandes fortunas y sacar provecho de sus estrategias de inversión y de sus potentes equipos de gestión. Los grandes patrimonios utilizan para realizar sus inversiones las llamadas Sicavs y es posible entrar la mayoría de ellas.
Cuando pedimos dinero a nuestros padres, estamos actuando como lo haría cualquier empresa. Obtenemos recursos económicos ajenos que utilizamos para adquirir un determinado producto para, después, devolvérselo a la persona que nos lo ha prestado. La única diferencia es que, la empresa apunta estas transacciones en sus libros contables y nosotros en un papel para que no se nos olvide.
Los depósitos bancarios están presentes en nuestro día a día. A través de ellos, recibimos nuestra nómina, pagamos nuestros recibos, hacemos transferencias bancarias y vinculamos las tarjetas de crédito o de débito con las que realizamos compras en los establecimientos comerciales.
La deflación está en boca de todos. El descenso generalizado de los precios de los bienes de consumo parece, a priori, una buena noticia. ¿A quién no le gusta ir al mercado y ver que el precio de las patatas, de la leche o de la lechuga ha bajado? Suponemos que a nadie. Sin embargo, los economistas nos dicen que la deflación no es buena para la economía.
La hipoteca, el préstamo del coche, el crédito que pediste para para tapar aquel imprevisto… llegar a fin de mes puede llegar a convertirse en una carrera de obstáculos. Un recorrido ante el que cabe la posibilidad de pagar un poco menos al mes convirtiendo todas esas deudas en una sola.
Los productos de inversión en renta fija son títulos que representan una deuda de una empresa o de un país con quien posee uno de ellos. Consisten en una inversión de capital que se puede recuperar al cumplirse la fecha de vencimiento pactada, momento en el que la empresa emisora de los títulos abonará a los propietarios el principal invertido más una cantidad adicional en concepto de intereses. Adicionalmente, se puede pactar el pago de cantidades intermedias, antes de la fecha de vencimiento, también, llamados cupones.
En cualquier ámbito de la vida en el que tengamos que tomar una decisión, el riesgo es un elemento que está siempre presente, incluso en aquellas actividades en las que, por nuestra experiencia, aparentemente no existe incertidumbre. Por ejemplo, ir a jugar al fútbol supone un riesgo de lesión (a pesar de que nunca te ha pasado); lo mismo sucede cuando conduces un coche, etc.
Cada vez es más habitual realizar trabajos fuera del territorio español. Las nuevas tecnologías están posibilitando que no exista un lugar físico donde desarrollar nuestra actividad profesional y que, en cambio, nuestra oficina cambie de mes a mes o, incluso, de semana a semana o que, incluso, nos suponga establecer nuestra residencia en un país diferente por un tiempo determinado.