El pasado 1 de enero, entró en vigor la reforma fiscal aprobada por el Gobierno el año pasado. La mayoría de nosotros sólo nos hemos fijado en la reducción de los tipos impositivos del IRPF, sin prestar atención a otros aspectos igualmente importantes que afectan a la cuantía en impuestos que tendremos que pagar a lo largo del año.
No cabe duda que Ken Follet está de moda. El escritor galés ha publicado recientemente la última obra de su trilogía Century, El Umbral de la Eternidad, en la que relata de forma detallada los acontecimientos más relevantes del siglo XX. Una novela alabada por crítica y público, que han convertido a su autor en todo un fenómeno de masas.
A lo largo de la historia del cine, las finanzas han sido un tema recurrente que, además, han dado muy buenos resultados. En concreto, la inversión en Bolsa ha sido el tema central de muchas películas de éxito a lo largo del último siglo.
El riesgo es una variable que indica la probabilidad de ocurrencia de un suceso y su impacto sobre una inversión. Cuanto más altas sean estas componentes, probabilidad e impacto, mayor será el riesgo de la inversión. Así que, antes de invertir siempre hay que tener en cuenta esta variable, descomponiéndola en los diferentes tipos que puedan existir y aplicarla sobre la rentabilidad esperada.
Cuando nosotros, como inversores, realizamos el cálculo de la rentabilidad de nuestras inversiones en términos porcentuales, solemos tener en cuenta únicamente la plusvalía obtenida, y este rendimiento es el que utilizamos para valorar si nuestra inversión ha sido satisfactoria o no.
La inflación afecta a nuestros ahorros de manera lenta, silenciosa e implacable. Está ahí, va comiendo terreno a nuestra inversión pero como no se ve, la mayoría de las veces se pasa por alto. Los economistas definen la inflación como el aumento de los precios durante un periodo determinado de tiempo y, para su cálculo, se utiliza el índice de precios al consumo (IPC).
Uno de los elementos más importantes de cualquier inversión en Bolsa es su fiscalidad. Es un aspecto que pocos inversores tienen en cuenta a la hora de calcular la rentabilidad de su capital y, sin embargo, puede reducir de forma notable las plusvalías generadas. Por este motivo, es importante conocer cómo tributan los rendimientos obtenidos en nuestras operaciones en Bolsa.
La lista de la compra sirve para ir al súper, los cupones descuento, las marcas blancas, no olvidarse de apagar la luz y guardar el dinero debajo del colchón. Estos son algunos hábitos que hemos recuperado con la crisis, buena parte de ellos son buenas costumbres que conviene mantener aún en tiempos mejores, todas, menos una. Guardar el dinero debajo del colchón, si somos buenos ahorradores, no es algo que convenga practicar.