Demos la vuelta a lo tradicional, nada de convencionalismos, ni siquiera en la forma de ahorrar. A la mayoría de nosotros, nos han enseñado desde niños que la mejor manera de ir juntando un buen colchón de dinero para el futuro no es otra que la de ajustarse el cinturón para que al final de mes nos quede algo que poder guardar en la hucha. ¿El problema? Que se hace duro llegar a fin de mes con algo de dinero en el bolsillo y no caer en la tentación de darse un capricho o, simplemente, gastarlo en imprevistos. Así que, ¿por qué no te planteas hacerlo al revés? ¿Por qué no nos anticipamos y tomamos medidas antes de tener el dinero para ahorrar?
Cuando se contrata un seguro del hogar, siempre se hace con la mejor intención, que es la de cubrir los riesgos que pueden poner en peligro la vivienda y los enseres personales, unos bienes muy importantes y preciados para cualquier familia. Al principio, dadas las exigencias requeridas en el proceso de contratación, se dedica un tiempo a pensar las coberturas que mejor se adaptan al caso particular y a elaborar un inventario que permita dimensionar el valor de los bienes asegurados.
Los bajos tipos de interés que rigen el mercado en la actualidad, materializados en un nivel del euríbor en mínimos históricos, muestran dos caras contrapuestas: por un lado, alegría para los hipotecados que seguirán revisando a la baja sus préstamos y, por otro, peores perspectivas para los ahorradores, que ven como el rendimiento de los productos de ahorro tradicionales como cuentas de ahorro y depósitos a plazo fijo no levanta cabeza.
En los últimos años, y de la mano de los bajos tipos de interés que rigen el mercado en la actualidad, se ha puesto de moda un nuevo tipo de producto financiero. Se trata de los conocidos como unit linked, un tipo de seguro de vida y ahorro que invierte las primas satisfechas en participaciones en fondos de inversión de cualquier tipo: renta variable, renta fija y mixtos. A diferencia de los seguros de ahorro convencionales, en los que el capital está garantizado a vencimiento, en este caso el titular obtiene un capital variable en función de la evolución de los fondos de inversión en los que están invertidos asumiendo íntegramente el riesgo de la inversión.
Dentro del gran abanico de productos de previsión para nuestra jubilación, uno de los más desconocidos son los Planes de Previsión Social Empresarial (también conocidos por sus siglas PPSE). Como su propio nombre indica, se trata de un producto de previsión que parte de la empresa, que es quien realiza las aportaciones al plan, de forma análoga a los Planes de Pensiones de Empleo pero, a diferencia de estos, se instrumentalizan a través de un seguro colectivo de la empresa en favor de sus empleados.
Los impuestos sirven para que los ciudadanos paguen los servicios públicos que consumen en diferentes ámbitos. Las carreteras, los centros de enseñanza, los hospitales y otros muchos servicios públicos no se financian de la nada, sino que los impuestos pagados por diferentes conceptos permiten sufragar sus gastos de funcionamiento.
En la actualidad, y más con la crisis económica, son muchas las personas que, bien por obligación o bien para obtener unos ingresos mayores, compaginan su trabajo como asalariados con un trabajo por cuenta propia. Se trata de un camino no exento de obstáculos, y no ya por la cantidad de tiempo que nos pasaremos trabajando, sino por todas las gestiones administrativas que tendremos que asumir, al tener que de cumplir todas nuestras obligaciones tributarias y cotizar en dos regímenes diferentes de la Seguridad Social.
Para cumplir cualquier meta que nos propongamos, es importante trazar un plan. Muchas veces sucede que se define un objetivo y se persigue su consecución, pero no se logra porque algo falla y el esfuerzo se pierde por el camino.
Si preguntáramos cuáles son los tipos de productos financieros más conocidos, posiblemente las respuestas serían casi siempre las mismas: depósitos y acciones, aunque algún avispado podría, incluso, mencionar algún producto más complejo como los productos derivados, pero no mucho más allá.