Para muchas personas, la inversión en Bolsa es un mundo todavía por explorar. La falta de tiempo en muchos casos, y la falta de conocimiento en otros, es un hándicap muy difícil de salvar que hace que sean pocos los que se atrevan a invertir por su cuenta en productos de renta variable como las acciones de las empresas.
Los depósitos bancarios están presentes en nuestro día a día. A través de ellos, recibimos nuestra nómina, pagamos nuestros recibos, hacemos transferencias bancarias y vinculamos las tarjetas de crédito o de débito con las que realizamos compras en los establecimientos comerciales.
Los productos de inversión en renta fija son títulos que representan una deuda de una empresa o de un país con quien posee uno de ellos. Consisten en una inversión de capital que se puede recuperar al cumplirse la fecha de vencimiento pactada, momento en el que la empresa emisora de los títulos abonará a los propietarios el principal invertido más una cantidad adicional en concepto de intereses. Adicionalmente, se puede pactar el pago de cantidades intermedias, antes de la fecha de vencimiento, también, llamados cupones.
En cualquier ámbito de la vida en el que tengamos que tomar una decisión, el riesgo es un elemento que está siempre presente, incluso en aquellas actividades en las que, por nuestra experiencia, aparentemente no existe incertidumbre. Por ejemplo, ir a jugar al fútbol supone un riesgo de lesión (a pesar de que nunca te ha pasado); lo mismo sucede cuando conduces un coche, etc.
Si la inflación se define como la subida generalizada de los precios durante un periodo de tiempo determinado, la deflación es, justamente, lo contrario: su bajada. Dicho así, parece una noticia excelente para los consumidores. Sin embargo, la realidad nos dice otra cosa.
Ahorrar no es siempre una tarea sencilla. Muchas familias realizan verdaderos esfuerzos cada mes para contar con un remanente que les permita tener un cierto margen de maniobra en caso de que vengan mal dadas. Pero, si ahorrar no es en absoluto tarea sencilla, no menos difícil es escoger el producto de ahorro que mejor se adapte a nuestras necesidades.
El crowdfunding es una de las vías que han surgido en los últimos tiempos para financiar proyectos, gracias al gran escaparate que es Internet y a la capacidad que brinda de conectar a personas con ideas, con otras con capacidad para ejecutar proyectos y que disponen de recursos financieros. La mecánica es muy sencilla: un equipo presenta un proyecto, lo difunde por Internet y solicita dinero para financiar las actividades necesarias para que se convierta en realidad. A cambio, ofrece una recompensa a los inversores, que puede ser una primera versión del producto, reconocimiento público o merchandising extra, entre otras.
A lo largo de la historia del cine, las finanzas han sido un tema recurrente que, además, han dado muy buenos resultados. En concreto, la inversión en Bolsa ha sido el tema central de muchas películas de éxito a lo largo del último siglo.
El riesgo es una variable que indica la probabilidad de ocurrencia de un suceso y su impacto sobre una inversión. Cuanto más altas sean estas componentes, probabilidad e impacto, mayor será el riesgo de la inversión. Así que, antes de invertir siempre hay que tener en cuenta esta variable, descomponiéndola en los diferentes tipos que puedan existir y aplicarla sobre la rentabilidad esperada.