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El Blog de Nationale-Nederlanden

Llega el esperado momento de tu jubilación y son muchas las cosas que dejamos atrás. Nuestro trabajo, muchos amigos hechos durante todos estos años y toda una vida de madrugones y jornadas interminables. Es momento de disfrutar de una merecida pensión y un descanso que nos acompañará el resto de nuestros días.

Las comparaciones son odiosas… pero muy reveladoras. Un alemán se supone que es alto, rubio y ordenado; un español, en cambio, moreno, de estatura media e impuntual. Jubilados, el alemán vivirá largas temporadas en Mallorca o en Canarias y el español visitará obras y cuidará de los nietos. Sí, los estereotipos son aún más odiosos que las comparaciones porque ¿son tan diferentes los sistemas de pensiones de un país y de otro para hacer tan distintos a sus mayores?

Los planes de pensiones, en su condición de instrumento de ahorro para la jubilación, impiden a sus beneficiarios retirar el capital acumulado hasta el momento de su jubilación. Si bien la reforma fiscal ha abierto una ventana de liquidez a los diez años para que el titular pueda retirar parte de estos derechos consolidados, las condiciones para rescatar el plan de pensiones son circunstancias excepcionales muy específicas y se resumen en la incapacidad de la persona para generar ingresos por sí misma mediante su trabajo (por llegar el momento de la jubilación o una invalidez permanente, por ejemplo).

Como dice un personaje de Woody Allen, "me interesa el futuro porque es donde voy a pasar el resto de mi vida". Sin duda, cuando diseñamos en nuestra mente ese futuro -además de los coches que se conducen solos o los chips que nos implanten-, lo que abarca gran parte de nuestro pensamiento es la jubilación. ¿Tendremos lo suficiente para disfrutar de un retiro dorado? Los seguros de jubilación están diseñados para ayudarnos a responder a esa pregunta con un sí; se trata de ahorrar ahora para tener un colchón, un complemento, cuando nos instalemos en nuestro futuro.

Cuando llega el momento de la jubilación y se quiere rescatar un plan de pensiones, se puede hacer de dos maneras: en forma de renta o de capital. La diferencia entre ambas opciones es relevante, sobre todo por la diferente manera de pagar impuestos que suponen. ¿Cómo me conviene rescatar mi plan de pensiones?

​Todos conocemos la historia de la cigarra y la hormiga. Sabemos que ambas, llegado el día, tendrán un retiro y se jubilarán, pero todo indica a que el de la hormiga será más dorado que el de la cigarra. Una buena hormiga no habrá perdido el tiempo y habrá ahorrado durante su vida laboral. Es posible que nuestra hormiga haya echado mano de un plan de pensiones, un instrumento financiero de ahorro para la jubilación al que habrá hecho aportaciones periódicas. Montoncitos que le permiten ahora, llegado el momento de su retiro, disponer de un capital.

Nos dicen que el sistema de pensiones de la Seguridad Social ya no es sostenible y que las pensiones futuras pueden sufrir algún tipo de recorte en los próximos años. Con independencia de que esta situación se vaya a producir o no en el futuro, lo cierto es que la mayor parte de los expertos aconseja empezar a aportar dinero a un plan de ahorro para la jubilación; y si puede ser cuanto antes, mejor que mejor.

​¿Cuál será mi pensión de jubilación? Una pregunta que suele rondar en la cabeza y más a medida que cuanto más se acerca la fecha para nuestro retiro. Para calcularlo tenemos que tener en cuenta muchos aspectos, entre los cuales destacan el tiempo que hayamos cotizado a la Seguridad Social y por cuánto lo hemos hecho (existen simuladores para que realices ese cálculo). Pero si lo que queremos es hacernos una idea  rápida, más o menos cercana, de lo que podemos ingresar en nuestro dorado retiro existe un índice que tiene que ver con nuestro último salario  y que nos puede dar una idea aproximada.

Debido a  la crisis económica, se ha reavivado el debate sobre la viabilidad del sistema de pensiones español. El crecimiento demográfico y, los cada vez, menores fondos con los que cuenta la Seguridad Social para garantizar las prestaciones por jubilación a nuestros mayores son los dos grandes motivos que generan desconfianza sobre los futuros pagos a los individuos que se vayan jubilando.