¿Cómo influye la sostenibilidad en las pensiones desde 2019?
Ante la difícil situación en la que se encuentran los diferentes sistemas de pensiones europeos en la actualidad, la mayoría de países están en la fase de redefinición y ajuste de sus sistemas de previsión a las nuevas realidades sociales. Los retos a los que se enfrentan son importantes: el continuo envejecimiento de la población provocará un aumento de la población beneficiaria de las pensiones y una disminución notable de los trabajadores que con sus cotizaciones contribuyen a la sostenibilidad del sistema.
En el caso particular de España, existe un factor adicional que agrava estas perspectivas: una tasa de desempleo estructural superior al de la mayoría de países de nuestro entorno. Esto constituye una dificultad añadida, ya que aumenta el número de perceptores de prestaciones, se hayan o no jubilado, y al mismo tiempo se reduce el número de cotizantes. Debido a estas perspectivas tan poco halagüeñas, España ha introducido el conocido como factor de sostenibilidad, un elemento que deberá servir para ayudar a la sostenibilidad del sistema.
¿En qué consiste el factor de sostenibilidad?
El factor de sostenibilidad es un mecanismo de ajuste automático que sirve para calcular la pensión que recibirá un trabajador cuando se jubile con base en varios parámetros, como la edad de jubilación, los años de cotización necesarios o el importe inicial de la pensión, y que está vinculado a una variable demográfica fundamental, la esperanza de vida de la población de un país, a través del llamado factor de equidad intergeneracional (FEI).
Este mecanismo funciona de tal modo que si la esperanza de vida de una población aumenta (o disminuye), los parámetros se actualizan de acuerdo a una fórmula proporcional. Por ejemplo, si como es de esperar, la esperanza de vida aumenta en España en los próximos años, los derechos cotizados de una persona jubilada se repartirán entre un número mayor de años y, por tanto, la cuantía de la prestación será menor.
¿Y cómo se revisarán las pensiones?
Hasta ahora, la ley establecía que las pensiones deberían revisarse cada año en función del Índice de Precios al Consumo (IPC). Así, a principios de año, el Gobierno aprobaba a través de los Presupuestos Generales del Estado, la revaloración de las pensiones tomando como referencia la inflación esperada durante ese ejercicio. Si, más adelante, el IPC, medido con la tasa interanual del mes de noviembre, superaba esta cifra, se compensaba a los pensionistas. De esta manera, se garantizaba que los pensionistas no perdían poder adquisitivo.
Con el nuevo factor de sostenibilidad, se pone en marcha el Factor de Revalorización Anual (FRA), que supone vincular la revalorización de las pensiones a la evolución de ingresos y gastos del sistema de Seguridad Social. En estas circunstancias, las pensiones solo aumentan si los ingresos del sistema suben por encima de la tasa de crecimiento del número de pensiones, pero nunca bajan. Este factor se moverá entre un mínimo del 0,25% y un máximo del 0,50% del IPC.
En cualquier caso, tendremos que esperar hasta 2019, año en el cual comenzará a aplicarse este factor de sostenibilidad, para tener datos más precisos del importe futuro de las pensiones. Se estima que el primer año de aplicación, esta variable podría suponer un descuento en la pensión del 0,47%, aproximadamente. Por ejemplo, un pensionista que se jubilase en 2018 con una pensión de 1.000 euros, pasaría a cobrar 995,3 euros si lo hiciese en 2019.