¿El BCE acaba con billetes de 500 euros, fin del efectivo?
El pasado 4 de mayo, el Banco Central Europeo anunció que dejaría de emitir los billetes de 500 euros a partir de 2018, año en el cual entrarían en circulación los nuevos billetes de 100 y 200 euros. Se trata de una decisión muy esperada por muchas personas, que veían en el billete morado una forma de evadir impuestos y el medio de pago perfecto para financiar actividades ilegales y fines delictivos. Después de esta controvertida decisión, son muchos los que se preguntan si ésta podría ser la antesala a la desaparición del dinero en efectivo.
Algunos países ya apuestan por el fin del dinero en efectivo
En realidad, el BCE no es el primero que ha comenzado a eliminar parte del efectivo. En algunos países como Dinamarca, el gobierno ha comenzado a apostar por la eliminación de los billetes y monedas para realizar pagos, prohibiendo el efectivo en tiendas de ropa, gasolineras y restaurantes.
Pero esta iniciativa no es única. Algunos de sus países vecinos, como Suecia o Islandia, también están apostando por la desaparición del dinero físico tal y como lo conocemos en la actualidad, promoviendo para ello medidas como el abono de cualquier tipo de transacción con medios de pago diferentes al efectivo, por pequeño que sea el pago.
Pero no tenemos que acercarnos a los países nórdicos para ver los primeros indicios que apuntan en esta dirección. En febrero de 2014, el ejecutivo español limitó las operaciones en efectivo a un máximo de 2.500 euros, imponiendo una sanción del 25% del valor de la operación tanto al cliente como a quien presta ese servicio.
¿Será el fin del dinero en efectivo?
Todas estas experiencias constituyen el primer paso para el fin del dinero en efectivo. Tanto los gobiernos como los bancos centrales buscan, con estas medidas, limitar el uso de efectivo, con el fin de dificultar las transacciones criminales y el fraude fiscal. Las bases están ya establecidas: por un lado, la limitación en el uso de efectivo y, por otro, la eliminación de los billetes de alto valor facial, como el billete de 500 euros. Estas dos medidas en conjunto provocarán que el efectivo se utilice en cantidades cada vez más pequeñas, momento a partir del cual los bancos centrales podrían tomar la decisión de dejar de emitir todos los billetes y monedas, con independencia de su valor facial.
A esta posibilidad habría que añadir el uso cada vez más generalizado de medios de pago alternativos al efectivo. Según un estudio de PwC sobre los nuevos medios de pago en España, un 90,8% de los ciudadanos de nuestro país utilizan la tarjeta de crédito en sus transacciones comerciales de manera habitual. Este mismo estudio destaca el importante crecimiento de otros medios de pago electrónicos, como Paypal (52,5% de la población ya lo utiliza), las aplicaciones móviles (4,4%) o el pago por el móvil (2,4%).
No obstante, España todavía está muy verde en el uso de estos nuevos medios de pago en relación con otros países de nuestro entorno. El 100% de la población utiliza todavía efectivo, especialmente en compras de pequeña cuantía y en pequeños establecimientos comerciales. Además, aunque el Banco Central Europeo deje de emitir billetes de 500 euros, los antiguos seguirán teniendo plena validez, y seguirán circulando por toda la Unión Europea como hasta ahora.
Por tanto, no parece que el fin del efectivo esté cerca, aunque ésta sea la intención de los bancos centrales. El camino por recorrer es todavía muy largo, y es necesario un cambio en las costumbres financieras de los ciudadanos españoles para cambiar esta tendencia.