¿Qué deuda pagar primero para reducir intereses?
Cuando se tienen varios frentes abiertos y hay que pagar varios préstamos a la vez, es muy interesante plantear un plan de pago de todas las deudas. El objetivo es tener claras las cantidades adeudadas y los pasos que más conviene dar para optimizar el gasto financiero incurrido por los préstamos y créditos contratados, sabiendo a qué atenerse en cada momento.
Por ejemplo, cuando se tienen pendientes 100.000 euros de capital de la hipoteca (al 2%), 12.000 de un préstamo personal del coche (al 9%) y se ha usado el crédito de la tarjeta por importe de 1.500 euros (al 14 %), ¿qué deuda conviene pagar primero?
La regla general para saber qué deuda hay que pagar primero
Como norma general, se debe pagar primero la deuda que tenga el mayor tipo de interés. Es la deuda más cara, así que cuanto antes se devuelva el capital, será mucho mejor para el bolsillo deshacerse de ella.
El tipo de interés es importante pero no lo es todo, ya que en los préstamos y los créditos también pueden estar fijadas comisiones y otros gastos asociados, que pueden ser factores decisivos a la hora de tomar la decisión de cancelación de deuda.
Por ejemplo, en el caso de la tarjeta de crédito, mientras se disponga de crédito dispuesto, hay que pagar la cuota de la tarjeta; en el caso del préstamo personal, mientras se paga el préstamo, es posible que exista la obligación de mantener una cuenta; en el hipotecario, es posible que para mantener el tipo en el porcentaje más bajo, se haya pactado la contratación de más productos con la entidad.
También influyen las comisiones a pagar en caso de cancelar deuda, según lo que se haya pactado en el contrato de cada producto. Es posible que existan comisiones de cancelación total o parcial de la deuda, lo que provoca que por cada euro que se devuelva antes del plazo previsto se pague una parte en forma de comisión.
Otro criterio que ayuda a decidir qué deuda pagar es el de cerrar frentes abiertos. Es importante porque liquidar una deuda por completo ayuda a centrarse y a tener claros los siguientes pasos a dar. Cuando hay muchas opciones y factores en juego, es más complicado decidir. Por tanto, si en una deuda queda poco capital y se puede liquidar, puede ser útil hacerlo para despejar incógnitas de la ecuación.
Un plan de cancelación para dominar la deuda
Preparar un plan de cancelación de deuda es importante porque ayuda a fijar objetivos y establecer prioridades, teniendo todo el gasto financiero personal bajo control y evitando incurrir en nuevos gastos que perjudiquen a nuestra economía. Un método para formalizarlo es mediante una tabla en la que:
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Se coloca en cada fila una línea de deuda, situando en la parte superior las de mayor tipo de interés (son las que necesitan mayor atención).
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Se nombra cada deuda y se indica para cada una de ellas:
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Tipo de interés: tipo al que se paga la deuda.
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Saldo pendiente: saldo pendiente de pagar.
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Pago mensual mínimo: pago mensual mínimo que se puede realizar según contrato.
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Pago mensual optimizado: consiste en colocar la cantidad mínima en todas las deudas salvo en la de tipo de interés más alto; en esta, se suma una cantidad que se pueda pagar holgadamente cada mes y con la que hay que comprometerse.
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Meses que restan hasta pagar la deuda: tiempo necesario hasta saldar la deuda pagando la cuota optimizada.
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Siguiendo con el ejemplo anterior, la tabla con el plan quedaría así:
La cantidad total de la columna del pago optimizado serán los euros que cada mes se irán liquidando de las deudas, incluyendo el consiguiente pago de intereses. En el caso de la deuda de la tarjeta de crédito, si se suman 100 euros al mínimo mensual a pagar de 50 euros, para un total de 150, se consigue devolver toda la cantidad en 12 meses con el pago mensual optimizado (y sin incurrir en gastos adicionales con la tarjeta).
Una vez que se haya saldado esa deuda, los 150 euros que se dedicaban a la tarjeta de crédito se pueden ahora dedicar al pago del préstamo personal del automóvil, lo que significa que a partir del mes 13 del plan, el pago optimizado de esta deuda será de 300 euros. Esto llevará a que en un total de 56 meses se pueda pagar toda la deuda. De la misma manera, al liquidar la deuda del coche, se pueden sumar 300 euros al pago de la hipoteca, lo que supone que se adelante su amortización y se pague en su totalidad en 167 meses.
Como se puede comprobar, preparar un plan para pagar las deudas es sencillo. En la práctica, no siempre se podrá cumplir al 100% porque siempre puede surgir un imprevisto y hacer que el resultado cambie. Lo importante es mantener el compromiso de pago y tratar de cumplirlo al máximo posible, evitando incurrir en nuevos préstamos que no sean necesarios y tratando de no incurrir en impagados para no perder la buena reputación con el banco.
Si en algún momento vemos que esta situación va a suceder, siempre es mejor intentar anticiparse y recurrir a la reunificación de deudas, opción que beneficia tanto al deudor como al acreedor.