La inversión en fondos de los españoles: evolución en radiografía
La mentalidad ahorradora de los españoles está cambiando. Muy poco a poco, eso sí, pero algo se está moviendo en el sentimiento ahorrador patrio, que habitualmente ha sido muy conservador. Porque la falta de cultura ahorradora ha hecho que los pocos que se han atrevido a invertir lo hayan hecho con mucha precaución y desconfianza.
Pero la crisis económica y sus consecuencias han hecho que esos pensamientos vayan cambiando. Como suele decirse, a la fuerza ahorcan, y el hecho de que los activos tradicionales ya no generen la misma rentabilidad ha obligado a los ahorradores a explorar nuevos territorios. Y entre ellos están los fondos de inversión, esos productos que se veían como inalcanzables hace unos años.
Ahora, los fondos son cada vez más habituales en las carteras de inversión de los españoles, como pone de manifiesto el informe al respecto de Inverco, la asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Planes de Pensiones. Estos últimos también van ganando protagonismo ante la incertidumbre y dudas ante las pensiones públicas, conformando un nuevo panorama que vamos a analizar a continuación.
Los fondos de inversión ganan músculo
Los activos financieros que tenían las familias españoles a cierre del tercer trimestre de 2017 (los últimos datos disponibles) ascendían a 2,11 billones de euros, según el Banco de España. Así, en los tres primeros trimestres del año pasado los españoles aumentaron su saldo de activos financieros en una cantidad bruta de 39.178 millones, casi un 2% más que en el mismo periodo de 2016.
Estos datos van ligados a la mejora económica y ponen de manifiesto que las familias pueden destinar más ingresos al ahorro, es decir, que tienen mayor capacidad ahorrativa. Igualmente, ese aumento se debe a la revalorización de los activos que ya tenían.
Los fondos de inversión cada vez tienen más peso como forma de canalizar ese ahorro. Las sociedades de inversión colectiva (recordemos que los fondos de inversión consisten en instrumentos en los que invierten diferentes personas, beneficiándose así de su rentabilidad, o a la inversa) registraron unas suscripciones positivas netas de 21.700 millones en los nueve primeros meses de 2017.
Así, los fondos han registrado un nuevo récord en lo referente a su peso en el total de activos financieros de la cartera de los españoles, pues ya suponen el 14,5%. Un crecimiento muy notable, sobre todo si tenemos en cuenta que en 2013 representaban solo el 9,3%. De esta forma, el patrimonio invertido en ellos tocó en diciembre un nuevo máximo histórico, hasta alcanzar los 262.847 millones. Su rentabilidad a cierre de año estaba en el 2,46%.
Los depósitos, los grandes damnificados
Pero en toda historia debe haber ganadores y perdedores, y en esta nueva era del ahorro los que pierden son los depósitos. Hasta ahora eran el vehículo favorito de los españoles para guardar sus ahorros, pero la caída en picado de los tipos de interés ha hecho que los ciudadanos les vayan abandonando progresivamente.
Si en 1985 ocupaban más de la mitad de la cartera de inversión (el 51,7%, concretamente), ahora suponen poco más de un tercio, el 37,5%. Una caída que se ha agudizado en los últimos años ante la mejora económica, la mayor cultura financiera española y la necesidad imperiosa de diversificar la cartera para no caer en los mismos errores de la crisis.
Así, vemos cómo el panorama está cambiando de forma imparable y que la industria del ahorro toma nuevos aires gracias a la incorporación al ahorro de personas más formadas y de la caída de los tipos. Seguiremos observando para ver si estas tendencias cuajan o el español vuelve a refugiarse a los depósitos.