¿Cómo funciona el sistema de reparto de la Seguridad Social?
Cuando nos jubilamos, llega el momento de dejar de trabajar y comenzar a recibir la pensión pública de la Seguridad Social a la que tanto hemos contribuido en todos los años que hemos estado trabajando. Nuestras cotizaciones garantizan que, a los 65 años o un poco más tarde, podamos recibir una renta mensual que nos permita vivir de manera cómoda el resto de nuestra vida.
La Seguridad Social, al igual que cualquier otro organismo o institución pública, necesita financiarse de alguna forma. Aunque existen varios modelos de financiación, el más conocido por nosotros, es el sistema de reparto. Pero, ¿cómo funciona este sistema y qué garantías tiene?
El sistema de reparto: las cotizaciones actuales pagan las pensiones de nuestros mayores
Se podría establecer una analogía entre el sistema de la Seguridad Social presente en países como España y cualquier otro instrumento de ahorro, como un plan de pensiones. En este sentido, ambos se comportan como huchas en las cuales los individuos van aportando una parte de su renta a un fondo para poder recibir una prestación en el futuro, cuando el beneficiario ya no tenga la misma capacidad para trabajar.
Sin embargo, el sistema de reparto no funciona exactamente así. En realidad, este modelo se financia no gracias a las aportaciones que un cotizante haya realizado a su fondo individual a lo largo de toda su vida laboral (como ocurre con cualquier plan de pensiones privado), sino a través de un fondo común del que cobran los pensionistas actuales.
Es decir, las cotizaciones de los trabajadores actuales sirven para pagar las pensiones de los jubilados actuales, sin que necesariamente exista una relación entre las cotizaciones satisfechas durante la vida activa y la prestación recibida en el momento de la jubilación. El monto de la pensión tiene que ver más bien con una serie de características que dan derecho a una pensión de jubilación, como la cantidad de años trabajados o los salarios de los últimos años de vida activa.
¿Qué garantías proporciona?
El sistema de reparto también es conocido con el nombre de solidaridad intergeneracional, ya que la generación activa actual es la encargada de financiar la pensión de la generación jubilada actual con la esperanza de que en el futuro, los trabajadores activos actuales reciban el mismo trato por parte de los cotizantes futuros.
Se trata, por tanto, de que sean las clases activas (los trabajadores) quienes financien las necesidades de las clases pasivas (los pensionistas), estableciéndose unos vínculos de solidaridad entre los cotizantes actuales y los receptores, que suelen ser las personas que tienen capacidad de trabajar de aquellos que la han perdido o que nunca la tuvieron.
¿Qué problemas tiene?
El sistema de reparto de la Seguridad Social adolece de ciertos problemas, entre los que es importante destacar sus principales fuentes de financiación. Dado que la sostenibilidad del sistema de pensiones depende en gran medida del número de trabajadores en activo, es necesario que exista un gran número de cotizantes para mantener las pensiones actuales.
En este sentido, cobra gran importancia un concepto muy de moda en la actualidad: la ratio trabajador/pensionista, que mide el número de trabajadores en activo por cada persona que recibe una pensión. En España, esta ratio ha pasado de cuatro trabajadores por pensionista en los años setenta a tan solo 2,25 en la actualidad, lo que viene determinado por razones demográficas.
Algunas de las proyecciones de población hacen pensar que en el futuro esta ratio puede descender aún más. No en vano, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de nacimientos habrá descendido más de un 23% en 2.023 y un 35% para 2.050, mientras que el número de personas con 65 años aumentará un 12% para 2.023 y casi un 6% para 2.050. Si tenemos en cuenta ambos factores, nos daremos cuenta de que la inversión en la pirámide de población puede provocar que los pensionistas futuros no tengan garantizada su prestación en igualdad de condiciones a como lo hacen en la actualidad.
¿Qué nos deparará el futuro?
En definitiva, el sistema de reparto de la Seguridad Social es uno de los modelos más habituales en los países desarrollados, ya que garantiza una pensión a todas las personas con independencia de su capacidad para generar riqueza para la sociedad. Así, gracias a las contribuciones de la población activa, el Estado garantiza una renta mensual para vivir cómodamente el resto de nuestra vida.
No obstante, es posible que necesite una serie de reformas en los próximos años con el objetivo de garantizar su viabilidad futura, por lo que nunca estará de más que todos nosotros comencemos a pensar en nuestra jubilación.