Comisiones comunes en fondos de inversión.
A la hora de contratar un fondo de inversión, hay que tener en cuenta una serie de factores para escoger aquel que mejor se adapta a nuestras necesidades y perfil de inversión. Qué tipo de fondo es (renta fija o variable), qué política de distribución de dividendos tiene (acumulación o distribución) y, sobre todo, cuántas comisiones cobra a sus partícipes.
Este último es, posiblemente, el factor más importante, pues, con los impuestos y otros gastos, determina la rentabilidad real de nuestra inversión. Por esta razón, es importante conocer cuáles son las comisiones más habituales que se aplican a nuestra inversión en un fondo.
Comisión de gestión
Es el porcentaje que los gestores cobran como remuneración por sus servicios. Se devenga diariamente y está implícita en la rentabilidad del valor liquidativo del fondo; dicho de otro modo, se deduce de la rentabilidad diaria que se calcula sobre nuestra participación en el fondo.
Puede aplicarse sobre el patrimonio total del fondo, de los rendimientos o de ambas variables simultáneamente. No obstante, existe un máximo legal establecido del 2,25%, del 18% en caso de aplicarse solo sobre gestión y resultados, respectivamente; y de un 1,35% sobre patrimonio y 9% sobre resultados en caso de aplicar las dos variables simultáneamente.
Comisión de depósito y custodia
Como su propio nombre indica, se trata de la comisión que cobran las entidades por la administración y custodia de los valores que componen la cartera. Al igual que la comisión de gestión, se devenga diariamente y es implícita, es decir, se descuenta del valor liquidativo de las participaciones del fondo. Esta comisión no puede superar el dos por mil del patrimonio total del fondo.
Comisión de suscripción y de reembolso
Las comisiones de suscripción y de reembolso se cobran por la compra y venta, respectivamente, de participaciones de un fondo de inversión y, en ocasiones, también por el traspaso. Ambas se calculan como porcentaje del capital invertido en el fondo. Es importante distinguir entre entidades gestoras y comercializadoras, pues ambas pueden cobrarlas aunque, en la práctica, o bien no se cobra (lo más habitual) o bien se cobra un solo porcentaje por la suscripción o reembolso.
La comisión de reembolso, además, tiene diferentes escalas o tramos, dependiendo del tiempo que se haya mantenido la inversión. En los fondos garantizados, por ejemplo, suelen cargarse elevadas comisiones para los reembolsos realizados con anterioridad a la fecha de vencimiento.