¿Cuánto vale mi empresa? 4 formas de valorar tu negocio
En distintos momentos de la vida de cualquier emprendedor puede ser necesario valorar la empresa: al crearla, cuando se espera vender o cerrar el negocio, cuando se quiere echar cuentas a fin del ejercicio, si recibimos una oferta por ella, si buscamos llegar a acuerdos con otra empresa… Diversos son los métodos para hacerlo. Veamos algunos de los principales.
Valorar la empresa en base a las expectativas de dividendos
En este caso, tendríamos que partir de unas expectativas sobre los beneficios y los dividendos que podamos repartir en el futuro. Como se van a producir a lo largo del tiempo, no podemos sumar los dividendos que esperamos recibir en distintos momentos.
La solución pasa por descontar una parte del dividendo en función del tiempo que tenga que pasar hasta que esperemos cobrarlo. Lo que descontemos por cada período que pase será mayor cuanto más elevado sea el riesgo de nuestra empresa.
El principal inconveniente que tiene este método es que para muchos emprendedores puede ser complicado cuantificar tanto las expectativas de su negocio como en qué medida deben ser remunerados los riesgos que comporta.
Valorar la empresa en base al valor contable
En este método, emplearíamos la contabilidad financiera como referencia. Si al valor de todos los activos le restamos el de las deudas, obtendríamos una primera aproximación de lo que vale la empresa.
Sin embargo, no debemos perder de vista algunas consideraciones. La primera es que no todo lo que tiene valor para la empresa aparece en la contabilidad. Así, por ejemplo, el valor del equipo humano o el de tener una clientela fiel no aparecerán en la contabilidad, pero sí tienen valor, y mucho, para nuestra empresa.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la contabilidad se basa en el empleo de unos determinados principios que no se orientan a saber cuánto nos podrían dar por la empresa. Para esa finalidad, muchas partidas serían valoradas de forma diferente a la que emplea la contabilidad.
Valorar la empresa en base al valor de liquidación
Podemos hacer estimaciones de cuánto nos darían por los diferentes activos de la empresa, o por conjuntos de ellos, y de los costes que tendríamos que asumir para venderlos. A esa cantidad le restaríamos las deudas y los costes asociados a la liquidación de las deudas.
El problema de este método de valoración es que, en no pocas ocasiones, puede resultar complicado obtener buenas estimaciones de cuánto vale cada activo en función de las condiciones de venta del momento.
Valorar la empresa en base a una oferta por la empresa
Si, dadas las circunstancias, aceptar esa oferta es nuestra única salida está claro que es la valoración válida. Sin embargo, es habitual que existan alternativas: planes para quedarnos con la empresa, búsqueda de otros compradores, una negociación, etc.
En el caso de comenzar una negociación con el potencial comprador, lo habitual es que centremos nuestras bazas en la valoración por algún otro método corregida en función de las circunstancias. Por ejemplo, partimos de la contabilidad, pero hacemos los ajustes necesarios para incorporar los elementos que no aparecen en los libros.