El lenguaje corporal en una entrevista revela tu personalidad
El lenguaje corporal también cuenta
A la hora de hacer una entrevista de trabajo, hay que preparar muy bien el CV y todo el discurso comunicativo que vamos a llevar a cabo. Pero a veces, se nos olvida que también tendríamos que preparar nuestro lenguaje corporal y movimientos de nuestro cuerpo. El lenguaje no verbal también cuenta ya que la mayoría de los entrevistadores se fijan en lo que nuestro cuerpo dice de forma inconsciente, siendo las manos uno de los puntos clave a la hora de comunicarnos en un proceso de selección.
El lenguaje de las manos en una entrevista de trabajo cuenta (y mucho)
Sentarse correctamente y mantener una postura adecuada es fundamental para causar una buena impresión durante una entrevista de trabajo. Conseguirlo es relativamente sencillo: basta con un poco de práctica, aunque bien es cierto que poner a punto las manos es el punto más complicado.
El lenguaje de la manos es especialmente importante en una entrevista de trabajo, dado que sus movimientos muestran rasgos que pueden ser asociados a nuestra personalidad y que la persona que nos entrevista seguramente esté atenta para captarlos e incluso compararlos con lo que decimos de palabra.
Así que más vale ponerse manos a la obra, nunca mejor dicho, y prepararse para que nuestras manos estén a la altura con el objetivo de obtener un resultado satisfactorio en la entrevista de trabajo.
Cómo actuar con las manos durante una entrevista de trabajo
Las manos deberían ayudarnos a reforzar los mensajes que damos con nuestra voz. Para ello, podemos usar los gestos y moverlas de forma controlada, en paralelo a los mensajes que enviamos a nuestro interlocutor.
Eso sí, debemos evitar caer en un exceso de gestos, omitiendo aquellos que no se consideren suficientemente formales para una entrevista de trabajo, como puede ser señalar con el pulgar hacia arriba y el resto de dedos cerrados, para reforzar una afirmación.
Gestos a evitar con las manos durante una entrevista de trabajo
Estos son algunos ejemplos de movimientos y gestos con las manos que se deben evitar:
Apretar las manos una contra la otra fuertemente
Es un síntoma evidente de nerviosismo y tensión, que puede llevar al entrevistador a pensar que se oculta algo o que no se está diciendo la verdad. Mejor ayudarse de algún elemento como un bolígrafo para tener una mano ocupada y evitar el roce de una contra la otra.
Hacer clicks en el botón de un bolígrafo y otro elemento
Si usamos el truco de tener las manos ocupadas con un bolígrafo u otro elemento como un mando de un proyector o similar, hay que evitar a toda costa hacer el gesto de pulsar el botón constantemente, dado que resulta bastante molesto y puede llegar a sacar de quicio a la persona que tengamos enfrente.
Apoyar la cabeza sobre una mano
Como hemos comentado al principio de este texto, la postura es fundamental para causar una buena impresión. Tener la cabeza apoyada sobre una mano no contribuye para nada a este objetivo, así que hay que evitar esta postura siempre.
Usar las manos para rascarse
Si durante la entrevista surge la necesidad de rascarse, debemos ser capaz de no caer en la tentación o, si no queda más remedio, hacerlo con la mayor discreción posible, con el fin de evitar que el entrevistador lo interprete como un síntoma de malas formas o incluso higiene deficiente.
Manos en los bolsillos
Colocar las manos en los bolsillos durante una entrevista de trabajo es lo mismo que decir en voz alta “hola, no quiero que me contraten”. Es un síntoma que denota poca madurez y de desinterés claro por el proceso de selección, que casi seguro dejará fuera al candidato desde el primer momento. Las manos encima de la mesa o, si parte del proceso tiene lugar de pie, siempre fuera de los bolsillos.
Las manos como extensión de unos brazos cruzados
La fórmula de cruzar los brazos no es la mejor para afrontar una entrevista porque indica una cierta resistencia a lo que se va a hacer allí. Los brazos cruzados pueden confundirse con una posición de seriedad, cuando en realidad se ven más como una postura de rechazo o de falta de acuerdo con lo que se está hablando.
Sólo hay una oportunidad de causar una buena impresión a la primera, así que cuidar el lenguaje no verbal, especialmente el de las manos es de vital importancia. Hay que vigilar las manos para que sean nuestras mejores embajadoras durante la entrevista de trabajo.