Siete ventajas de fidelizar el talento en tu empresa
La fidelización del talento es un objetivo importante en todo tipo de empresas. En las pymes es un poco más complicado, por la presión de la competencia de las grandes empresas por llevarse a los mejores empleados. Sin embargo, merece la pena luchar por ella por diversas razones, entre las que destacan las siguientes.
La mayor implicación de los empleados
La fidelización del talento crea un vínculo a largo plazo entre el empleado y la empresa. Paralelamente, lo crea también entre los distintos miembros de un mismo equipo. El resultado de este proceso es que los empleados sienten que su futuro y el de sus compañeros está ligado al de la empresa y no solamente a las condiciones de los mercados de trabajo y a su capacidad para adaptarse. Se sienten parte de un proyecto y tienen más incentivo a implicarse en él.
La menor propensión a que el talento acabe en la competencia
Uno de los dramas de las pymes es su dificultad para invertir en formación. Saben que hay que realizar unos desembolsos en el presente cuyos retornos irán llegando progresivamente. La amenaza es que después de capacitar convenientemente a un empleado, los beneficios de ese esfuerzo terminen en otra empresa. La fidelización del talento pretende evitar esas fugas de talento. Eso, por sí mismo, es positivo. Pero, fundamentalmente, el beneficio se produce al poder realizar inversiones en capital humano (por ejemplo, en formación) que refuercen la productividad y modernicen la empresa.
La mayor facilidad para formar equipos estables
Un equipo estable es importante en diversos tipos de situaciones. Por ejemplo, cuando se abordan proyectos complejos, cada miembro del equipo sabe cuál es su lugar y qué puede esperar de los demás. Es común que, entre personas que han trabajado mucho juntas, no se necesiten demasiadas palabras para saber cuándo algo funciona o no. En ese sentido, hay que entender que el talento se fideliza conjuntamente. Es decir, cuando el equipo funciona bien no solamente hay que intentar retener a personas individualmente, sino también como conjunto.
La fidelización del talento mejora la valoración de la empresa
Los logros en fidelización del talento no aparecen en la contabilidad. El equipo humano no es un activo porque no se puede decir que está bajo control de la empresa. Sin embargo, en cualquier operación de adquisición de empresas, el equipo humano es una referencia inexcusable a la hora de calcular el valor del negocio. El talento fiel permite a la empresa tener unas expectativas más fiables de lo que los empleados puedan hacer por ella en el presente, pero también en el futuro.
Los empleados prescriptores de la marca
Las redes sociales han multiplicado la importancia de las recomendaciones de consumo. Facilitan que se viralicen, pasando de persona a persona rápidamente. Sin embargo, para ello un requisito muy importante es la credibilidad. Que un trabajador fiel hable bien de su empresa de forma espontánea tiene un gran valor. Es una buena oportunidad para trasladar el compromiso de un equipo por un trabajo realizado pensando en el consumidor.
Preserva el conocimiento acumulado
El empleado fiel busca preservar el conocimiento de la empresa. Utiliza toda la experiencia pasada (la suya propia y la que le han transmitido sus compañeros) y todas sus circunstancias y características personales al servicio de la mejora de los procesos y los productos. El conocimiento acumulado es una fuente de competitividad para las empresas. Es difícil de generar, acumular y conservar, pero también de replicar por los competidores.
La fidelización del talento mejora el clima laboral
La relación va en los dos sentidos. Un buen clima laboral es una de las mejores herramientas de fidelización. Es, de hecho, una de las cuestiones que más valoran los empleados, junto a otros aspectos como, por ejemplo, sueldo, condiciones y perspectivas. Pero, además, la propia fidelización construye un buen clima laboral. Transmite la sensación de una empresa que funciona y de la que sus empleados se sienten orgullosos.