La tasa de desempleo en España sigue bajando, aunque sus datos siguen siendo más que preocupantes. Con un índice del 20,90% a cierre de 2015, el reto para el 2016 es romper de forma clara la barrera del 20% y alejarse de los fantasmas de la crisis que comenzó en 2007. Las razones de esta alta cifra por desempleo son muy variadas, pero muchas de ellas tienen un componente estructural, a largo plazo. Entre ellos, destaca la rigidez del mercado de trabajo, que tiene uno de sus factores más claros en la movilidad geográfica.
Como cada año por estas fechas, tenemos que volver a regularizar nuestra situación con la Agencia Tributaria a través de la Declaración de la Renta. Al calcular el resultado, si te sale a pagar, debes saber que podías haber hecho las siguientes cinco cosas para optimizar tu Declaración de la Renta.
En prácticamente ningún momento de la historia, los precios se han mantenido inalterados de un año para otro. Pensemos en lo que podía costar comprar el periódico o una barra de pan hace 50 años y en cuánto cuesta ahora. Y pensemos en cuánto pagábamos por nuestra tarifa de móvil apenas cinco años y en cuánto pagamos ahora. Son las dos caras de la misma moneda, aunque con connotaciones muy diferentes: en la primera de ellas, la inflación ha provocado que paguemos más por los mismos bienes mientras que, por su parte, una mayor competencia entre compañías ha servido para que gastemos menos en nuestra factura de telefonía móvil.
Cualquier producto que compremos, especialmente los dispositivos electrónicos, pierde valor desde ese mismo momento. Y no solo por el uso; el propio paso del tiempo y la aparición de nuevos modelos en el mercado, que en muchas ocasiones incorporan más prestaciones y una mejor tecnología, provocan un envejecimiento acelerado de nuestros dispositivos.
En los últimos meses, los medios de comunicación están incluyendo dentro de sus titulares noticias sobre el desplome de los precios del petróleo. Si a principios de 2012, el precio de esta importante materia prima alcanzaba los 125 dólares, hoy está por debajo de los 50 dólares. Esta rebaja tiene muchos más efectos sobre la economía y las finanzas de lo que pensamos.
Desde el pasado 1 de julio de 2015, la mayoría de hogares españoles se han acogido al conocido como PVPC (Precio Voluntario del Pequeño Consumidor), una tarifa de electricidad que sustituye a la Tarifa de Último Recurso (TUR) en aquellos hogares que tuviesen contratada una potencia de hasta 10 Kw, o lo que es lo mismo, la inmensa mayoría.
Una hucha y la ilusión de tener un fondo de ahorro al cabo de unos pocos meses; esta era la forma en la que, tradicionalmente, nuestros padres y abuelos nos enseñaron a ahorrar. Sin embargo, al cabo de un tiempo, el aliciente inicial de conseguir pagarnos nuestras cosas sin necesidad de pedir dinero se convertía en algo aburrido y monótono.
El Plan PIVE (Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente) fue creado para estimular a un mercado automovilístico que veía como se desplomaban sus ventas y que, gracias a su éxito, se lleva renovando año a año. Desde el ejercicio pasado está en vigor el Plan PIVE 8 y, a pesar de que ya se ha superado el nivel del millón de coches vendidos al año (cuando se creó apenas se vendían 600.000 euros), parece claro que se renovará para el 2016, en las mismas condiciones que las que están en vigor en la actualidad.
El 1 de enero de 1999 se inició la tercera fase de la Unión Económica Monetaria, que condujo al nacimiento del Euro, aunque para nosotros llegara tres años más tarde, el 1 de enero de 2002, en la forma de los billetes y monedas que conocemos hoy en día. El cambio de pesetas a la nueva moneda europea, y el consecuente dolor de cabeza que producía a los ciudadanos al convertir entre una y otra, no fue la única novedad monetaria de esta transición, que también obligó a redefinir las funciones de los Bancos Centrales de los países que adoptaron la moneda única.