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El Blog de Nationale-Nederlanden

Todos pasamos por Hacienda, seamos simples trabajadores rasos, mando medio, mando intermedio, administrador o el consejero delegado de la empresa. Aunque, lejos de lo que se podría pensar, España es un país de consejeros y directores generales puesto que la mayoría de nuestro tejido empresarial está formado por pymes y micro pymes. Muchos de ellos, de hecho, son autónomos con cierta entidad que optan para realizar su actividad por crear una sociedad de la que se convierten en  administradores. 

La mayoría de ahorradores españoles utilizan un número reducido de  productos de inversión para colocar sus ahorros. Entre ellos, los más populares son los fondos de inversión, los planes de pensiones, los depósitos a plazo fijo y las inversiones directas en empresas adquiriendo para ello sus acciones. Esta última opción es la preferida por muchos, y no sólo porque nos podamos aprovechar de la revalorización de las acciones de las empresas, sino por la posibilidad de obtener el correspondiente dividendo.

Las comparaciones son odiosas… pero muy reveladoras. Un alemán se supone que es alto, rubio y ordenado; un español, en cambio, moreno, de estatura media e impuntual. Jubilados, el alemán vivirá largas temporadas en Mallorca o en Canarias y el español visitará obras y cuidará de los nietos. Sí, los estereotipos son aún más odiosos que las comparaciones porque ¿son tan diferentes los sistemas de pensiones de un país y de otro para hacer tan distintos a sus mayores?

Para tener a los mejores hay que dar lo mejor y, aunque parezca mentira, la excelencia no reside sólo en un buen sueldo. Hay otras formas de incentivar a los trabajadores más allá de un salario atractivo. Aquellas empresas que quieren retener talento ofrecen otro tipo de incentivos como formación continua, poder trabajar desde casa, guardería en el centro de trabajo... y algo poco común en nuestro país aunque cada vez más en auge: un seguro de jubilación.

​Los trabajadores en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) deben elegir una base de cotización sobre la que pagarán la cuota de la Seguridad Social que les corresponde por su actividad. La base de cotización es una estimación del sueldo teórico que el autónomo estima que va a tener y su cuantía es la que determina las prestaciones que el autónomo podrá recibir en caso de desempleo, baja por accidente, por enfermedad y cuando llegue el momento de su jubilación.

​La reforma fiscal que entró en vigor en el mes de enero tiene novedades muy importantes para la mayor parte de los contribuyentes, incluyendo algunos colectivos como los trabajadores autónomos que se beneficiarán de las novedades impositivas que introduce esta reforma.