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El Blog de Nationale-Nederlanden

​El teletrabajo se ha convertido en una forma muy interesante para conciliar la vida familiar y laboral desde el punto de vista del empleado. La posibilidad de tener un horario flexible desde nuestro propio hogar y de disfrutar de la comodidad de trabajar sin salir de casa son caramelos demasiado dulces como para que un trabajador no quiera tener estas condiciones.

​En España existe una cultura en el mundo de la empresa que cada vez más voces claman por erradicar. Se trata de la cultura del presencialismo, por la que se supone que cuantas más horas se pasa uno en el puesto de trabajo, más productivo es. Sin embargo, a pesar de que nuestro país es de los que más alarga la jornada laboral de Europa (pues lo normal es salir a las 19.00 horas o las 20.00 de la oficina) y que de media se registran 1.691 horas de trabajo anuales, según la OCDE, no es de los más productivos.

Slow life es un concepto de vida distinto. El llamado movimiento lento propugna vivir a otro ritmo, tomándonos el tiempo necesario para cada tarea y dedicándonos especialmente a las actividades más enriquecedoras como, por ejemplo, las relaciones con otras personas. Los efectos pueden ser positivos en varios campos y uno de ellos es el de la salud.

​La formación es uno de los elementos más importantes de cualquier organización, ya que contribuye a mejorar la productividad de los trabajadores, su motivación, y ayuda a mejorar los resultados de las empresas. Sin embargo, no siempre es lo más divertido del mundo y muchas veces puede llevarnos más tiempo del previsto. 

​El mercado laboral es altamente competitivo hoy en día. Quien más quien menos cuenta con una carrera universitaria y, además, posee un máster o algún tipo de especialización en un campo concreto. De ahí que las empresas pidan cada vez más competencias con el objetivo de encontrar el candidato perfecto dentro de un abanico tan amplio de opciones.

​La entrada de nuevos socios es uno de los momentos más desafiantes para una empresa, especialmente en el caso de las pymes. Antes de dar el paso, conviene reflexionar sobre cuáles son las ventajas que podemos obtener y cómo aprovecharlas lo mejor posible y también sobre los riesgos y amenazas que puede conllevar.

​La fidelización del talento es un objetivo importante en todo tipo de empresas. En las pymes es un poco más complicado, por la presión de la competencia de las grandes empresas por llevarse a los mejores empleados. Sin embargo, merece la pena luchar por ella por diversas razones, entre las que destacan las siguientes.

Buscar trabajo es un trabajo en sí mismo. Un trabajo que no tiene remuneración y en el que, incluso, puede sufrirse un estrés más alto que si tuviéramos que ir a trabajar cada mañana. Cualquiera que en algún momento haya pasado por esta experiencia sabe lo difícil y a veces frustrante que puede llegar a ser buscar un empleo. 

​Se llama pinging, y seguro que la mayoría no ha escuchado nunca esa palabra, pero es más conocida de lo que pensamos, sobre todo en el entorno laboral. El pinging nace como una forma de mantener frescos los contactos que se hacen en el trabajo, ya que nunca se debe perder de vista a las personas que conocemos en este ambiente para poder seguir creciendo como profesionales.