¿Cómo proteger mis ahorros ante la inflación?
El enorme salto que ha dado la inflación en España hasta el 3% en comparación con el mes de mayo del año pasado tiene dos claros componentes, más allá de la típica subida de precios energéticos del pasado mes de enero: la electricidad. La subida en el precio del petróleo, en contraste con las bajadas de hace un año, lo hacía inevitable. A lo largo del 2017, la inflación se ha moderado ligeramente hasta el último dato del 1,5% de junio.
El efecto es importante, especialmente si se mantiene muchos meses. Con un ahorro tradicional (depósitos, cuentas remuneradas, seguros de ahorro), con tipos muy bajos, podemos tener una pérdida de poder adquisitivo importante. Es decir, que mes a mes, necesitemos más dinero para pagar las mismas cosas.
Llegó la hora de diversificar nuestro ahorro
Diversificar no significa abandonar los productos de menor riesgo. Lo que implica es que, por un lado, hagamos un mayor esfuerzo para buscar los productos más rentables en el denominado “ahorro seguro” y que otra parte, tras un buen análisis de nuestras necesidades presentes y futuras, invirtamos en productos con mayor potencial de rentabilidad.
Por ello, el siguiente paso es afrontar inversión de mayor riesgo. Esto no significa pasar todo el dinero conservador a otro de riesgo, sino personalizarlo por las necesidades y objetivos que tenga este ahorro. Por ejemplo, si queremos ahorrar para la jubilación y tenemos un horizonte de tiempo más largo, el porcentaje que podemos dedicar es mayor y durante más tiempo. Si el ahorro es exclusivo para tener un colchón para imprevistos, las cantidades serán mucho menores y a más corto plazo.
En este ahorro estable, que cubra nuestras necesidades presentes y futuras, ganan peso productos como los seguros de ahorro. Este instrumento permite conseguir una mayor rentabilidad con un objetivo económico más a medio plazo y la capacidad de retirar el dinero cuando lo necesitemos.
Cuando la rentabilidad es baja, surge la necesidad de aumentarla con otras alternativas. Más allá de productos específicos para el inversor cualificado como los bonos indexados a la inflación, poco conocidos para muchos inversores, y, además, con la renta fija (Bonos, Letras), con rentabilidades muy limitadas e incluso negativas (y con un riesgo que no siempre es nulo), debemos echar un vistazo a productos de mayor riesgo y con un horizonte más a largo plazo.
Productos como el Plan Creciente de Nationale Nederlanden nos pueden ayudar en este objetivo. Parte de una garantía importante sobre la inversión inicial (del 80%, 85% o 90% según las necesidades del cliente) que va aumentando de acuerdo a cómo crece la rentabilidad del producto. Además, si por cualquier motivo necesitas recuperar la inversión, puedes disponer de la misma (todo o en parte), pasado el primer año.
En definitiva, la inflación es el enemigo silencioso de nuestros ahorros. Por esta razón, debemos realizar una búsqueda más activa de alternativas que proteja nuestro dinero.