¿Cómo financiar la Seguridad Social si se agota la hucha de pensiones?
Parece que la hucha de las pensiones se está agotando. Probablemente, este año, ya no podremos tirar de ella en determinadas circunstancias, como el de este pasado diciembre, en el que se acumuló el abono mensual ordinario de las pensiones con el de la paga extraordinaria de Navidad. Si a este hecho le unimos que el futuro de las pensiones está entre las mayores preocupaciones de los españoles, el cobro de nuestra futura pensión genera un claro desasosiego a todos, en parte justificado, en cuanto a los cambios que puede conllevar, pero no en la pervivencia del sistema actual.
¿Cómo se nutre la hucha de las pensiones?
Lo primero es entender cómo funciona y se nutre nuestro sistema de pensiones. Todas las prestaciones de la Seguridad Social, incluidas las bajas por enfermedad o las pensiones por viudedad, entre otras, se pagan de las cotizaciones sociales. Si el número y las aportaciones de los cotizantes es superior a los pagos, como ocurrió durante muchos años antes del 2007, se consigue un superávit que se destina a la conocida hucha de las pensiones.
Si, como está ocurriendo en los últimos ocho años, la parte de las cotizaciones es insuficiente para financiar las pensiones, se tiene que utilizar esta hucha. El problema es que la hucha ya se agota ¿Significa esto que las pensiones dejarán de pagarse? Seguramente no, pero sí podemos ver cambios significativos.
Soluciones y alternativas
Aunque está claro que si aumenta el número de cotizantes se llegaría al equilibrio, por desgracia, esto no lo veremos en los próximos años ni siquiera con niveles de empleo anteriores a la crisis. Las razones son muy claras: cada vez las pensiones son mayores, a pesar de las reformas, porque simplemente se ha cotizado más.
Se podrá equilibrar algo este impacto disminuyendo porcentajes de cobro frente a lo cotizado, bajando las bases reguladoras de la pensión, o exigiendo más años de cotización. Pero esto solo amortigua una realidad que discurre en el sentido contrario: las cotizaciones son más altas y llevará a que la pensión media suba.
La segunda razón es que cada vez vivimos más, con lo que los pagos se alargan en el tiempo. Si a este coctel explosivo le añadimos la estructura de nuestra pirámide poblacional, con menos jóvenes y más personas mayores, el desequilibrio es evidente. La conclusión, el sistema de cotización actual puede que no sea suficiente ni con años de empleo
¿Cuál es la alternativa? La primera, que las pensiones se financien no solo con cotizaciones sociales, sino también vía impuestos. Esta solución novedosa en España ya se utiliza en otros países de Europa y puede ser la que nos encontremos en el futuro en el medio plazo. Otra de las opciones, especialmente en el corto plazo, está en buscar otras vías de financiación como la emisión de Deuda Pública. También favorece el entorno actual de tipos de interés muy bajos y que es una solución fácil que se puede implementar en cualquier momento. De hecho, la ministra de Empleo ya ha propuesto que el déficit del próximo año se cubra a través de los Presupuestos Generales del Estado.
Complementar nuestra pensión
Estas soluciones y otras alternativas pueden servir para asegurar la solvencia del sistema y rebajar el nivel de alarma. Las cotizaciones sociales seguirán siendo la fuente principal de financiación de las pensiones públicas. Sin embargo, subirlas es complicado en este momento. Si es una prioridad crear empleo, elevar los pagos a la Seguridad Social sería contraproducente, por lo que es una medida descartada, al menos en el corto plazo.
Lo que si podemos ver es cómo se endurecen las condiciones para acceder a la pensión y los porcentajes que determinan su cuantía con el objetivo de que las pensiones sean algo menores y con ello disminuir el impacto en el sistema. Ahora mismo estamos en pleno proceso de endurecimiento de estas condiciones, que acabará en el 2023. No es descartable que terminado este proceso comencemos otro.
Por todo ello, ganan en importancia los sistemas de previsión de empresa o individuales que complemente nuestra pensión. Estos dos pilares seguirán ganando en importancia en garantizar nuestro nivel de vida llegado la jubilación, siendo más importante empezar a plantearnos estas alternativas antes. Según el estudio de “Previsión Social Empresarial y Jubilación en España: empleados y empresas" presentado este pasado diciembre por Nationale-Nederlanden, los españoles retrasan la planificación de la jubilación a los 43 años, algo que debe cambiarse para adaptarse mejor a unos cambios que seguiremos viendo en los próximos años.